“La datación la sitúa como la rueda de madera más antigua conocida del mundo”, explica a la agencia española Efe Irena Šinkovec, conservadora de los Museos y Galerías Municipales de Liubliana, capital eslovena.
La edad de esta pieza ha sido determinada mediante los más modernos métodos científicos de un instituto especializado de Viena (capital austriaca), que usó mediciones de los estratos en el terreno y de los anillos de los árboles en la zona donde fue hallada, así como la datación por radiocarbono, precisa.
Según Šinkovec, esta rueda, descubierta en 2002 en una zona pantanosa cerca de la capital eslovena, es al menos un siglo anterior a las halladas en Suiza y Alemania, consideras hasta entonces las más antiguas.
Las representaciones gráficas más antiguas de la rueda provienen de estandartes en la ciudad de Ur, en el actual Irak, pero no se conserva ningún resto físico de las ruedas propiamente dichas, recuerda Šinkovec.
Anton Velušček, el jefe del equipo de arqueólogos responsable del hallazgo, estima que la importancia de esta pieza radica en que “además de su antigüedad excepcional, esta rueda y el eje son increíblemente avanzados tecnológicamente”.
El arqueólogo considera que la rueda probablemente formó parte de un carro de eje simple y esta tecnología muestra que ya existía una larga tradición y experiencia en la elaboración de ruedas y ejes
El hallazgo confirma la posibilidad de que la rueda no surgiera en Mesopotamia, según se creía antes, sino que fue inventada simultáneamente también en Europa o incluso en Europa primero, opina Velušček.
La conocida como rueda del pantano de Liubliana, donde se localizó, tiene un radio de 72 centímetros y 5 de espesor y fue elaborada en madera de fresno.Viene acompañada de un eje cuadrado de roble, de 124 centímetros de longitud, cuya forma y enganche a la rueda, mediante cuñas, significa que rueda y eje rotaban conjuntamente. La madera está chamuscada, probablemente para proteger el material de la acción de parásitos.
Se puede ver en el museo de Vrhnika, a 20 kilómetros de Liubliana, hasta el 17 de junio próximo, cuando será devuelta a su hogar en el Museo de Liubliana para “descansar”, antes de volver a ser expuesta en 2018.
