Lieberman ha anunciado este miércoles su dimisión a la vez que cargaba contra la decisión del primer ministro del régimen de Tel Aviv, Benjamín Netanyahu, de acordar un alto el fuego con los movimientos de la Resistencia palestina tras el recrudecimiento de los ataques al enclave costero iniciado el domingo.
“Lo que pasó ayer (el alto el fuego) significa rendirse (...). No tiene otro significado”, ha dicho el ministro ante los medios de comunicación, al explicar el motivo de su decisión.
A su juicio, hacer un pacto con la Resistencia palestina supone “comprar tranquilidad a corto plazo” al precio de dañar gravemente la seguridad de Israel a largo plazo.
Lieberman ha anunciado asimismo que su partido, Yisrael Beitenu (“Israel nuestra casa”) —que ocupa cinco de los 120 escaños del parlamento—, saldrá de la coalición gobernante de Netanyahu. Al mismo tiempo, ha pedido que se fije una fecha para celebrar elecciones anticipadas “lo antes posible”.
Lo que pasó ayer (el alto el fuego entre Israel y la Resistencia palestina) significa rendirse (...). No tiene otro significado”, ha dicho el ministro israelí de asuntos militares, Avigdor Lieberman.
El Movimiento de Resistencia islámica de Palestina (HAMAS) ha celebrado el anuncio. Su portavoz, Sami Abu Zuhri, ha señalado por medio de un comunicado emitido hoy miércoles que la dimisión de Lieberman constituye “una victoria para Gaza” y “un reconocimiento de la derrota” de Israel frente a la Resistencia palestina.
También han celebrado la dimisión del ministro los líderes de la oposición israelí, que han pedido a Netanyahu que haga lo mismo.
“Así tiene que ser: si fracasas en tu trabajo, dimites (…). El primer ministro también debe dimitir. Es tan responsable de la seguridad” como Lieberman, ha declarado el líder de la coalición centroizquierdista HaMahane HaZioni (Unión Sionista), Avi Gabbay.
Además de sus fallos en la protección de la seguridad de los israelíes, Netanyahu es criticado e indagado por su supuesta implicación en sobornos, fraudes y abusos de confianza en las causas conocidas como “caso 1000”, “caso 2000” y “caso 3000”. En el primero, se sospecha de que el premier israelí aceptó a cambio de favores caros regalos para él y su familia del productor de cine, traficante de armas y espía israelí Arnon Milchan.
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