Damasco establece nuevos objetivos en su ofensiva antiterrorista
En el primer caso, el Ejército sirio y sus aliados se enfrentarían a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) con el fin de liberar las zonas que ocupan estos en Al-Raqa, lo que casi seguramente causaría un enfrentamiento directo entre las fuerzas sirias y Estados Unidos dado que este último presta amplios apoyos a las FDS y las considera como su fuerza terrestre en el territorio sirio.
La otra opción, la de marchar a Idlib, pondría al Ejército sirio frente a los “rebeldes moderados” y la alianza terrorista Hayat Tahrir Al-Sham (liderada por el grupo terrorista Frente Fath Al-Sham, anteriormente conocido como el Frente Al-Nusra), vinculada a Al-Qaeda.
La toma de Idlib resultaría en el fin de las aspiraciones de la oposición siria para tratar de conseguir una parte en el sistema político de Siria y, además, significaría en sí el fin de la crisis de este país debido a que los primeros enfrentamientos y conflictos comenzaron por la violencia perpetrada por los “rebeldes moderados”.
No obstante, el general sirio entrevistado parece creer que el Gobierno de Damasco optará por atacar Al-Raqa por el hecho de que una gran parte de las unidades del Ejército sirio está desplegada en Deir Ezzor, provincia adyacente a Al-Raqa, además de que, según afirma, “de este modo, no tendrán que desplegar el armamento y las tropas a una larga distancia”.
Por su parte, el diputado sirio Walid Zuubi, también entrevistado por Sputnik, descarta esto y cree que la próxima etapa de la ofensiva antiterrorista siria tendrá lugar en la provincia de Idlib ya que un enfrentamiento con las FDS en el norte de siria sería algo no deseado en este punto.
Con la toma de Abukamal, último bastión urbano en Siria del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), cuya presencia queda así limitada a escasas zonas de la provincia de Deir Ezzor (este), el Ejército sirio ha comenzado a centrar su atención en Idlib, último bastión de los grupos armados y terroristas en el país árabe.
