Tras la represión que se desató esta mañana, cuando los gendarmes intentaron desalojar el corte parcial de la Autopista Ricchieri por orden del gobierno de Mauricio Macri, los incidentes continuaron luego del mediodía a la altura de Ezeiza.
“Estuvimos reunidos, veníamos con la información de que a las 19 nos recibía el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, pero cuando veníamos a comunicar eso un gendarme agredió a un compañero. Le pegó una piña de atrás y ahí se generó el conflicto. Están provocando, escupiendo y generando conflicto. Estaban con ganas de cagarnos a palos desde el día miércoles”, explicó Christian Villalba, delegado de Cresta Roja.
Las fuerzas que dependen de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su segundo, Eugenio Burzaco, volvieron a avanzar pasado el mediodía con camiones hidrantes, palos, gases y balas de goma, dejando a decenas de trabajadores heridos y dos detenidos.
Uno de los delegados, Carlos Mansilla, debió ser trasladado de urgencia a un hospital cercano tras recibir una decena de perdigonadas en la espalda.
“(Mauricio Macri) llamó por teléfono para que repriman a la gente. Cinco mil trabajadores en la calle, familias que van a pesar Navidad y Año Nuevo sin un peso. Corren peligro las fuentes de trabajo. Ahora que ya ganó nos deja en pelotas”, subrayó otro trabajador.
A pesar de la represión macrista, los manifestantes resistían sobre la Ricchieri exigiendo una respuesta no violenta, tanto del Gobierno nacional como de la empresa Rasic Hermanos, dueña de Cresta Roja, que permita llegar a una solución del conflicto.
Los trabajadores iniciaron el corte el miércoles de la semana pasada, lo liberaron durante el fin de semana y ayer retomaron la protesta ante la falta de respuestas a los dos principales reclamos: el pago de sueldos adeudados y la continuidad de las fuentes laborales.
