El médico militar Jorge Horacio Capellino está acusado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en la provincia de Entre Ríos.
En este sentido, la fiscalía pidió 25 años de prisión. Por su parte, la defensa solicitó su absolución. Capellino está preso desde el 18 de septiembre de 2012, en prisión domiciliaria desde 2014.
Quienes acusan al militar, consideraron probada la responsabilidad de Capellino en los delitos, perpetrados en el ámbito del II Cuerpo de Ejército, Subzona 22 Paraná, cuando era jefe de Clínica Médica del Hospital Militar de esa ciudad.
Las acusaciones por delitos de Lesa Humanidad
Está procesado bajo la acusación de “legalizar” tres homicidios y de “controlar” la salud de los presos políticos desaparecidos Juan Alberto Osuna, Carlos Fernández y Pedro Sobko durante las sesiones de tortura a las que eran sometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en el Batallón de Comunicaciones del Ejército en Paraná.
También habría permitido vejaciones cometidas contra Sergio Gustavo Hennekens, detenido ilegalmente en Paraná el 27 de febrero de 1977 y trasladado a una playa de estacionamiento donde lo torturaron y le dispararon cinco balazos.
Luego lo llevaron en ambulancia al Hospital San Martín, donde fue operado de urgencia y finalmente trasladado al Hospital Militar, donde quedó alojado en la Guardia Médica, atado a una cama, con cadenas en los pies y las manos.
Hennekens fue sometido a un consejo de guerra que lo condenó a 15 años de prisión que pasó en diversas cárceles del país hasta que recuperó la libertad en 1983.
Pedro Miguel Sobko era militante del PRT-ERP, fue secuestrado el 2 de mayo de 1977, baleado al intentar escapar del baúl del automóvil en que lo llevaban y falleció desangrado en el Hospital Militar.
En el caso de Sobko, se le imputa a Capellino haber firmado el certificado de defunción de un “NN masculino” por “anemia aguda” debido a una herida de bala causada por un “accidente” que esa versión del médico represor no especificó.
Carlos Alberto Osuna y Carlos José María Fernández fueron asesinados en la llamada Masacre de La Tapera el 25 de septiembre de 1976 e inhumados como “NN” en el cementerio municipal de Paraná.
