"He convocado una reunión informal de trabajo sobre asuntos de migración y asilo el domingo para trabajar con un grupo de jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros interesados en encontrar soluciones europeas de cara al próximo Consejo Europeo", informó Juncker a través de su cuenta de Twitter.
El encuentro busca lograr arreglos informales que puedan aplicarse rápidamente, fuera de los procedimientos de decisión comunitaria, reportó la agencia de noticias EFE.
Esta reunión informal tendrá lugar cuatro días antes de la cumbre de jefes de gobierno y Estado del bloque, en la que los 28 países de la UE pretenden encontrar una solución a la política de asilo común, que sigue dividiendo al bloque tres años después de la mayor crisis migratoria que vivió el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
En su mensaje, el funcionario europeo etiquetó a los dirigentes de España, Francia, Austria, Alemania, Grecia, Italia y Malta.
Juncker pretende así reunir a los países que sufren las llegadas por el Mediterráneo -España, Italia, Grecia y Malta-, con uno de los mayores receptores de flujos internos -Alemania-, y las dos presidencias de turno de la UE, la actual, ejercida por Bulgaria, y la futura, que asumirá Austria a partir del 1 de julio.
La canciller alemana, Angela Merkel, quien encabezó la política de acogida de refugiados durante la crisis de 2015, confirmó su asistencia, al igual que el presidente francés, Emmanuel Macron, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro maltés, Joseph Muscat.
Ante el interés manifestado por los premiers de Bélgica y Holanda, Juncker hizo extensiva la invitación a todos los miembros de la UE.
En las últimas semanas, la cuestión migratoria ha sido fuente de tensiones entre los países comunitarios.
El rechazo de Italia y Malta de acoger en sus puertos al Aquarius, un barco fletado por una ONG con más de 600 migrantes socorridos en el Mediterráneo, desató una crisis en el seno del bloque, con acusaciones cruzadas entre París y Roma.
El Aquarius tuvo que desembarcar finalmente en España, mientras que Macron y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, terminaron haciendo las paces en un encuentro en la capital francesa, donde exigieron una reforma "profunda" de la UE para hacer frente a la inmigración.
El mandatario francés se reunió también este lunes en Alemania con Merkel, a quien sus sus socios conservadores amenazaron con disolver el gobierno si no logra endurecer la política migratoria regional en el próximo Consejo Europeo.
Como solución, los dirigentes propusieron reforzar las fronteras exteriores de la UE e impedir que los inmigrantes puedan pedir asilo solamente en el Estado de entrada.
Poco después, el bloque difundió las conclusiones provisionales del Consejo Europeo de la próxima semana y adelantó que su principal propuesta será crear fuera del territorio comunitario "plataformas regionales de desembarco" para clasificar a los inmigrantes que llegan a Europa, en función de si son económicos o tienen derecho al asilo.
Estas "plataformas regionales de desembarco" se ubicarían en las zonas fronterizas de la UE y, según el plan, los que sean considerados migrantes económicos no podrán ingresar al territorio comunitario y, por lo tanto, acceder al beneficio -suspendido en gran parte desde 2015- de la libre circulación europea.
La UE trabajaría en estas zonas especiales -donde no regiría el Acuerdo de Dublín, que establece que el país miembro que recibe primero a los inmigrantes y refugiados debe registrarlos y aceptar sus pedidos de asilo político- "en cooperación estrecha con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)".
"Así se podría reducir el incentivo a embarcarse en viajes peligrosos", concluyó el documento, que aún podría ser modificado antes de ser debatido entre los países miembros.
La reunión informal del domingo tendrá lugar en la sede principal de la Comisión Europea, el edificio Berlaymont, según informó el vocero jefe de esa institución, Margaritis Schinas.
