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» » Una ex rehén de Boko Haram cuenta qué pasó con las chicas secuestradas hace un año

(14/04/15 - Nigeria)-.Liatu Andrawus, una mujer de 23 años que estuvo seis meses en manos de la misma milicia islamista, habló con la agencia de noticias DPA y contó cómo fue su cautiverio junto con las rehenes, cuya tragedia dio la vuelta al mundo.

Hacia mitad del año pasado, Andrawus viajaba desde su pueblo a la capital, Abuya, cuando su auto fue atacado por un grupo combatientes de Boko Hara. Ella intentó escapar, pero la capturaron.

"Me llevaron a su campamento en el bosque de Sambisa", contó, en referencia a una zona natural protegida de unos 60.000 kilómetros, convertida hoy en uno de los bastiones de la milicia radical.

"Me instaron a convertirme al islam, pero yo no estaba dispuesta a hacerlo (...) Entonces me preguntaron qué tipo de muerte prefería, por disparos o degollada con un cuchillo", continuó la mujer, cuyo relato es el primero que se conoce del cautiverio de las jóvenes secuestradas hace un año.

Los milicianos islamistas no hicieron ni lo uno ni lo otro. Le cambiaron el nombre a Aisha, el nombre de una de las mujeres del profeta Mahoma, la obligaron a ponerse el velo, a recitar el Corán y luego la casaron en contra de su voluntad con uno de los combatientes, que ya tenía otras dos mujeres, jóvenes cristianas secuestradas como ella.

"Me instaron a convertirme al islam, pero yo no estaba dispuesta a hacerlo (...) Entonces me preguntaron qué tipo de muerte prefería, por disparos o degollada con un cuchillo" La llevaron a Gwoza, un pequeño pueblo en el noreste del país, cerca de la frontera con Camerún, y la enviaron a una escuela islámica, en la que conoció a las jóvenes que habían sido secuestradas en la ciudad de Chibok meses antes y cuya historia dio vuelta al mundo entero.

"Vi a las chicas de Chibok. Casi todas habían sido casadas y vivían en distintas casas en Gwoza. Estaban muy demacradas, muy delgadas", contó.

Durante varias semanas entre octubre y diciembre pasado las vio a diario en la escuela.

"Hombres armados vigilaban las oraciones. Cuando nos equivocábamos, nos golpeaban con cinturones de goma", recordó.

En diciembre, Andrawus finalmente consiguió escapar de Gwoza. Tenía permiso para visitar a su madre, que vivía en un pueblo cercano a Gwoza, controlado por Boko Haram. La milicia también la había obligado a convertirse al islam.

Según contó, una noche que estaban juntas huyeron y cruzaron la frontera a Camerún. Meses después volvieron a Nigeria y ahora viven en un pueblo cerca de Abuya.

Andrawus no sabe qué pasó con las chicas de Chibok después de que el Ejército nigeriano reconquistó Gwoza en marzo pasado, pero cree que los milicianos "probablemente" huyeron con las jóvenes, a las que se refieren como sus "esposas", a las cercanas montañas de Mandera.

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