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» » La Plata: se proyecta El Sable, una historia de la resistencia peronista

(25/08/16 - Cine)-.A partir de los testimonios de dos de los cinco protagonistas del robo del sable corvo de San Martín, llevado adelante por la resistencia de la juventud peronista en 1963, el documental busca describir e indagar en los antagonismos del movimiento político. 

El director de la película, Nahuel Machesich, cuenta que también usó documentación del archivo de la DIPPBA que gestiona la Comisión por la Memoria.

El film se proyectará en el Espacio INCAA de La Plata (Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha, calle 50 e/ 6 y 7, primer piso) entre el jueves 25 al miércoles 31 de agosto. Nahuel Machesich, su director, habló con Andar sobre la producción y sus repercusiones.

¿Cómo surgió el proyecto?
Surgió cuando me enteré de la historia. Un compañero de trabajo me contó que el sable corvo de San Martín había sido robado por militantes de la juventud peronista, de lo que era la resistencia peronista, estamos hablando del año ’63; y a partir de ahí la curiosidad me llevó a intentar contactarme con los protagonistas. 

De los cinco di con dos, Manuel Gallardo y Osvaldo Agosto. Y lo que en un principio era contar o relatar el episodio en sí mismo -o sea cómo se les ocurrió la idea del robo, cómo lo hicieron y qué repercusiones tuvieron después- terminó siendo como una excusa para reflexionar o tratar de pensar una cosa más profunda y más difícil que es el peronismo.

¿Y qué fue lo que cambió el rumbo y despertó esa pregunta?   
Cuando empecé a conocer a Manuel y a Osvaldo no me costó mucho darme cuenta que cada uno de ellos representaba a dos vertientes muy disímiles de lo que es el peronismo: uno más vinculado al campo popular y el otro un peronista más ortodoxo, por decirlo de alguna manera.

¿Cuáles fueron las estrategias y herramientas que usaron para poder contar esa historia poniendo en diálogo las dos perspectivas?
Hay un detrás de cámara que tiene más que ver con la producción que con el rodaje y fue intentar convencerlos a ellos de que participen en la película, porque para mí tenía valor si estaba ellos dos. Y digo convencer porque es tanto el encono que hay que les costaba imaginarse en una misma película, y por suerte se pudo lograr.

Después siempre digo que tuve suerte porque ellos dos realmente representan las dos vertientes del peronismo, no me costaba ni tenía que forzar ninguna situación, simplemente con hacer las preguntas indicadas y mostrar algunos elementos de sus casas, cómo son sus vínculos, su vida cotidiana, inmediatamente resalta la diferencia. Hay diferencias políticas pero también en los modos de vida, en los modos de ser de cada uno, así que no fue difícil mostrarlo.

Y la particularidad del hecho era que no había mucho material sobre el episodio, sólo contábamos con los diarios de la época, no había nada audiovisual ni fotográfico, entonces decidimos representar los momentos del robo, de lo que sucedió en ese momento, con animación. Con unos comics muy similares a la estética que tiene El Eternauta, y contar ese episodio a partir de la animación fue como un valor agregado de la película que la verdad quedó muy bien.

En esa búsqueda de información llegaste al archivo que gestiona la Comisión por la Memoria, ¿con qué te encontraste ahí?
Bueno, en realidad fue por uno de los protagonistas, Manuel Gallardo, que cuando me empezó a contar su historia como militante apareció el archivo de la Comisión. Él lo tenía muy presente como un lugar que lo había ayudado a reponer su historia como militante: de hecho, en la película dice que para él el archivo es el currículum de la militancia popular. 

Entonces era un lugar obligado para ir y generar una escena ahí, para que él muestre cómo era perseguido por las fuerzas policiales en aquel momento. Y obviamente servía para dar información sobre lo que vivió, pero también ayudaba a construirlo como un personaje más vinculado con esas persecuciones, con esa historia de militancia. Cuando me contó que existía en el archivo una carpeta sobre él inmediatamente me apareció la escena en la cabeza.

Hay una cosa que dice Manuel en el archivo y que es que valora a la Comisión porque siente que ése fue el primer lugar que le dio voz para hablarse como resistente. Eso es muy valioso porque el lugar de la resistencia no es muy abordado y Manuel sintió que fue el primer lugar que logró escuchar esa historia.

¿Qué pasó con la producción terminada, con el encuentro con el público, con la reacción de los protagonistas?
Bueno, las reacciones de los protagonistas fueron disímiles. A Manuel le gustó, le pareció valiosa a pesar de que se dicen cosas de él que no son agradables, porque el otro protagonista dice cosas fuertes. 

Pero supo valorarla y me dijo una de las mejores cosas que me dijeron y es que a la película hay que saber mirarla, leerla, porque tiene matices. Y mi idea era esa, no hacer una bajada de línea sino que muestro a dos personajes con sus biografías políticas y los dos se cuentan como peronistas, pero queda claramente demostrado que para cada uno de ellos el peronismo es una cosa distinta.

Y las repercusiones del público en general también tienen que ver con eso. Pero creo que ha sido valorada en ese sentido en este momento, porque creo que es un momento en que el peronismo puede llegar a asumir algún tipo de reflexión hacia el interior y la película puede venir a servir como eso. 

Es una discusión vieja, la particularidad de la película es que la aborda desde una historia poco conocida que es este episodio, hasta casi simpático, del robo del sable de San Martín, con una fuerza simbólica muy importante, y con el testimonio de dos militantes que no son súper conocidos. Entonces aparece esa contradicción del peronismo en las cuestiones hasta más cotidianas.

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