El agente de policía que acabó con la vida de un ciudadano afroamericano el pasado septiembre en Carolina del Norte, y que provocó una ola de manifestaciones contra la violencia y el racismo policial en Estados Unidos, no será procesado por lo sucedido, informó hoy la fiscalía encargada del caso.
El agente Brentley Vinson, también negro, disparó contra Keith Lamont Scott el pasado 20 de septiembre, provocándole la muerte en el estacionamiento de un edificio de departamentos, ya que según la policía el sujeto iba armado y "suponía una amenaza de muerte inminente" para los oficiales que lo rodearon.
En conferencia de prensa, el fiscal Andrew Murray dijo hoy que el uso de la fuerza letal por parte de Vinson contra Scott estuvo justificado porque temía por su vida y por la de sus compañeros, y agregó que la víctima fatal tenía una pistola consigo.
"El oficial Vinson actuó conforme a la ley cuando disparó contra el señor Scott", dijo el procurador, citado por la cadena de noticias CNN.
Murray agregó que pese a las afirmaciones de que Scott estaba desarmado, tenía una pistola semiautomática con balas en el cargador.
"Toda la evidencia creíble y disponible muestra que estaba armado", dijo el fiscal sobre Scott.
Tras el suceso, durante varios días se produjeron disturbios en la ciudad más grande de Carolina del Norte, Charlotte, en los que se presionó a la policía para que publicara las grabaciones de lo ocurrido, pero nunca se demostró que Scott portara un arma.
Los familiares de la víctima negaron que estuviese armado y aseguraron que lo que sí llevaba era un libro que leía mientras esperaba que un hijo suyo regresase de la escuela para recogerlo.
El episodio de Charlotte se sumó a otros similares en otros puntos del país, que incrementaron la tensión entre las comunidades afroamericanas y los agentes del orden.
