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» » La militancia revolucionaria de los años 70 a través de relatos

(19/12/15 - Libros)-.La Permanente, primer libro de Marta Lopetegui, reúne una serie de relatos que pueden ser leídos como capítulos de una novela no lineal, donde las anécdotas sirven como disparadores de historias marcadas por el fuego de una época oscura: el de la militancia revolucionaria que luchó contra la última dictadura cívico-militar en la Argentina.

Publicado por Blatt & Ríos, el libro está integrado por 14 relatos que exploran, a través del filtro de una memoria fragmentada, la formación de cuadros militantes en los años 70, la vida de jóvenes al límite, las tensiones sociales, los secretos familiares y las mentiras usadas para sobrevivir, a través de una voz que logra narrar desde la distancia sin caer en lugares comunes. 

Marta Lopetegui (Buenos Aires, 1955), autora de dos cuentos que fueron antologados por Hebe Uhart en Cuaderno nuevo (2012), habló con Télam sobre su primer libro y dijo que la construcción tuvo que ver "con haber reconocido en la narrativa joven, casi marginal, autogestiva, relaciones similares a las que me rescataron y formaron en los utópicos 70”. 

¿Cómo concebiste estos relatos que, también, se pueden leer como capítulos de una novela? 
Me cuesta pensar que los "concebí", sólo los conté. No lo había pensado así, pero son eso: capítulos entremezclados de una vida que de lineal tuvo poco. Tengo 60 años y a veces pequeñas imágenes, músicas, olores te remiten a cuestiones, a recuerdos, con una intensidad inesperada. 

El narrador cambia de persona pero mantiene cierta distancia para contar sin abundar en descripciones… 
Es cierto, la persona queda como suelta, es alguien que puede ser cualquiera, el lector circunstancial inclusive. La distancia seguramente tiene que ver con el tiempo y con la necesidad de usar traje de amianto para pasar nuevamente por lugares que queman. Describo poco, es cierto. En relatos más recientes me he dedicado más. De todas maneras, con este grado de acercamiento hay suficiente para mirar por la mirilla una época que ha sido contada desde otro lugar. 

En ese sentido, la voz de la narradora logra contar, desde la misma distancia, la vida familiar, el mundo de los tejidos de indumentaria y la militancia revolucionaria de los 70... ¿Cómo trabajaste ese equilibrio? 
Entiendo que le decís equilibrio a la doble vida, a la mentira como recurso de supervivencia. No es un equilibrio trabajado como recurso literario, solo contar como se intentaba mantener el equilibrio. 

A través de los relatos hay indicios de elementos que parecen autobiográficos, pero que también pueden surgir de la ficción… ¿Cómo fue ese proceso creativo? 
A partir de cierta edad los baches de la memoria se resuelven con un poco de ficción. A mis hijas les dije: todo lo que ustedes no sabían, no es que sea cierto, es ficción. 

En muchos de los relatos, la anécdota sirve como disparador de historias que traen el pasado hacia el presente a través del filtro de la memoria... ¿Cómo abordaste ese recurso? 
Es un recurso tan natural como los relatos familiares, los dichos, las frases inconclusas, los guiños de pertenencia, los secretos que saben todos. No abordé el recurso. Es contra la construcción de la identidad, permitiéndome el humor o la ironía, que esos si han sido recursos de rescate. 

¿Qué lecturas, autores, obras, formaron parte de la construcción de este libro? 
He sido una militante de base y no he sido una gran lectora de textos políticos. He leído todo lo que se leía en los 70 en Buenos Aires. 

Últimamente me acerqué a la literatura para aprender a leer lo no leído o lo mal leído y me encontré con un gran habilitador como Damián Ríos, que dejó que aliente la escritura, que cuente, que registre. Mariano Blatt, mi otro editor, usó la palabra "amoroso" para anclar lo que parecía ser un punto de vista más doméstico, simplemente corrido de lo previsto. 
La construcción de este libro tiene que ver también con haber reconocido en la narrativa joven, casi marginal, autogestiva, relaciones similares a las que me rescataron y formaron en los utópicos 70.

*Por Juan Rapacioli, Agencia Telam

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