Elizabeth Aguilera era la jefa de una unidad local del PSUV, el partido que encabeza el presidente Nicolás Maduro.
La dirigente comunitaria recibió varios tiros de bala en el sector Cota 905, un área popular del centro-sur de la capital venezolana. Su cuerpo también fue quemado y fotografías de ella fueron publicados en redes sociales, presuntamente, por quienes la asesinaron.
El crimen fue confirmado por un funcionario del gobierno distrital de Caracas, Daniel Aponte, quien dijo que el ataque fue perpetrado por un “grupo paramilitar”.
El diputado del PSUV y expresidente del Congreso, Diosdado Cabello, también confirmó el homicidio.
“Tenía 43 años, era la jefa de la Ubch (Unidades de Batalla Hugo Chávez), fueron a su casa y la asesinó el paramilitarismo asociada con la derecha venezolana, porque ellos en su afán de tratar de acabar con el gobierno del presidente Maduro no les importa buscarse los socios que sean”, dijo Cabello, en su programa número 114 de “Con el Mazo Dando”.
El legislador comentó que estos actos de violencia de la derecha tienen como objetivo “desmoralizar a nuestra gente, de esa misma forma asesinaron a Robert Serra”.
Aponte dijo que “se hará justicia … el PSUV expresa su total solidaridad”. Él también describió a Aguilera como una luchadora chavista comprometida con la comunidad.
Informes policiales indican que los responsables del crimen se dieron a la fuga cuando al vecindario Sucre llegó una unidad anti-paramilitar federal llamada Operación Liberación y Protección u OLP, la cual fue creada para combatir la violencia y a grupos paramilitares del país.
Fuentes policiales dijeron que Aguilera también fue blanco del crimen porque ella proporcionaba a fuerzas de seguridad información sobre el crimen en el vecindario.
Fuentes policiales creen que la zona donde se cometió este crimen está dominado por un grupo delincuencial encabezado por un tal “Coki”, quien aparentemente cuenta con una banda de 120 sujetos, dedicados al robo vehicular, secuestro, extorsión y asesinato.
