Seguirá preso el automovilista que atropelló y mató a dos jóvenes en Haedo
El magistrado consideró que Cuevas es autor de los delitos de "homicidio simple con pluralidad de víctimas (2), lesiones graves con pluralidad de victimas (4) y prueba de velocidad en zona urbana, en concurso ideal".
En un futuro juicio oral y en caso de ser hallado culpable, el joven enfrenta una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
Meade entendió que "existen en el proceso indicios vehementes y elementos de convicción suficientes" para suponer que Cuevas ha participado en los hechos, razón por la cual hizo lugar al pedido del fiscal Alejandro Jons de dictar la prisión preventiva.
El hecho ocurrió a las 7 del domingo 5 de abril en Rivadavia y Maipú, de Haedo, cuando Cuevas atropelló a siete jóvenes que salían de bailar.
Lautaro Juárez (16) cayó muerto en el lugar y cuatro resultaron heridos de gravedad y quedaron tirados en el suelo.
En tanto, el primo de Juárez, José Manuel Lastra (16), falleció el 27 de abril en el hospital local Luis Güemes, de Haedo, por las lesiones sufridas.
Tras ocurrido el hecho, el fiscal le había imputado la misma figura por la que ahora se le dictó la prisión preventiva y había considerado que Cuevas debía permanecer detenido, pero el juez Meade la modificó a "homicidio culposo", que tiene una pena menor, y lo liberó.
Ante una apelación del fiscal y del abogado de la familia de las víctimas, Luis Rapazzo, la Cámara Penal de Morón ordenó el 15 de mayo la detención de Cuevas al dar por acreditado que estaba corriendo una "picada" a casi 130 kilómetros por hora, que estaba ebrio y que podría fugarse.
Consultado por Télam, Rapazzo explicó que ahora el juez tuvo en cuenta los lineamientos del tribunal de alzada para dictar la nueva resolución, "especialmente en base al peritaje accidentológico y a la declaración de testigos".
Los estudios efectuados sobre el Nissan Tiida que manejaba Cuevas arrojaron que al momento del hecho conducía a 127 kilómetros por hora y un Volkswagen Bora en el que iba otro joven iba a 129.
"Cuando se le amplió la acusación al morir José Manuel, él declaró que el Bora lo encerró y se tuvo que tirar contra el paredón, pero no se detectó ningún toque entre los autos", explicó Rapazzo.
De las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del municipio, surgen los siguientes elementos: que el Nissan salía "arando" de un semáforo, provocando la fricción de los neumáticos que genera polvillo cuando las ruedas giran en el mismo lugar, y que la trompa del auto se levantaba por la aceleración del motor cuando estaban en un semáforo en el paso a nivel de Rivadavia y Medrano, en Ramos Mejía.
También se puede apreciar que los autos ponen balizas como "saludando", algo que se hace entre competidores cuando corren picadas callejeras.
Los peritos también establecieron que el Nissan estaba cargado con seis pasajeros y que un vehículo con sobrepeso era muy difícil de maniobrar.
"Con todos estos elementos, creemos que se tendría que haber representado que podría haber causado muertes e igual siguió corriendo", afirmó el camarista Fernando Bellido cuando ordenó la detención de Cuevas.
Respecto de si el joven estaba en estado de ebriedad al momento de conducir, a través de la declaración de testigos se pudo determinar que había consumido alcohol en la previa y en el boliche al que concurrió esa noche.
El supuesto estado etílico no se pudo corroborar con las muestras de sangre extraídas porque cuando los tubos de ensayo fueron a laboratorio se había violado la cadena de custodia y no se había respetado la cadena de frío.
Otra cuestión que se valoró es que Cuevas podría fugarse, ya que la Policía concurrió cuatro veces a su domicilio y no lo encontró, pese a haberse comprometido a no ausentarse por más de 24 horas.
Cuevas dijo que se había ido de su casa porque lo habían amenazado, pero esto no se tomó en cuenta porque no formuló la denuncia correspondiente.
