El senador demócrata Chris Murphy calificó de "preocupante" la situación, mientras sostuvo que su país debe suspender el programa para asegurarse de que no se convierta en un medio de suministro de armas y equipos estadounidenses a los terroristas.
Sus declaraciones aludieron a la noticia que reveló que elementos entrenados por el Pentágono entregaron sus armas y municiones al Frente al-Nusra, afiliado a la red terrorista Al-Qaeda en Siria.
Asimismo, declaró que él y otros legisladores que se opusieron a equipar y entrenar a los opositores armados en Siria, desde el principio, predijeron que la asistencia norteamericana “acabaría ayudando a los enemigos mortales de EE.UU. como Al-Qaeda”.
Esta situación solo confirma que la política de Estados Unidos puede servir para fomentar un final catastrófico en el país árabe, recalcó.
Para Murphy lo peor que podría pasar en Siria es que el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, sea sustituido por un régimen respaldado por la banda terrorista Al-Qaeda.
No se trata de la primera vez que un senador estadounidense manifiesta su desacuerdo a la intervención de EE.UU. en Siria, pues el senador republicano del estado de Virginia (este de EE.UU.), Dick Black, dijo el viernes que la crisis siria llegará a su fin si su país deja de entrenar a los terroristas en la nación árabe.
Por su parte, el jefe del Mando Central de EE.UU. (CENTCOM), Lloyd Austin, en una comparecencia ante el Congreso, reconoció el 16 de septiembre que el programa de su país para entrenar a los llamados “rebeldes moderados” para combatir al Gobierno sirio resultó un fracaso.
En este contexto, un alto responsable estadounidense de Defensa afirmó el 17 de septiembre a la publicación estadounidense The Wall Street Journal, bajo condición de anonimato, que Washington está considerando un cambio fundamental en su fracasado programa de entrenamiento de milicianos para Siria y buscando alternativas para evitar que el plan colapse por completo.
A mediados de febrero de este año en curso, Estados Unidos y Turquía llegaron a un acuerdo para entrenar y equipar en suelo turco a miembros de la llamada “oposición moderada” de Siria, término con el que ellos justifican su apoyo a estos terroristas.
Pese a las alegaciones del Occidente y sus aliados regionales, buena parte de los llamados “opositores moderados” se unen a grupos extremistas como el EIIL (Daesh en árabe) y Al-Qaeda, después de haber sido entrenados por los patrocinadores del terrorismo
