Las elecciones generales en Euskadi han posicionado nuevamente al Partido Nacionalista Vasco (PNV) al tope de los comicios. Su apuesta por la estabilidad y el progreso socioeconómico en un contexto de paz le ha dado la posibilidad de incrementar su cuota de representación y de evitar la erosión de votos que sufren los partidos de gobierno.
El PNV alcanzó un total de 29 escaños, dos más de los que tenía en el Parlamento Vasco, y con una amplia diferencia sobre el segundo; la coalición soberanista EH Bildu que mostró un retroceso en su caudal electoral pero se ha mantenido en el segundo lugar, lo que trajo muchos respiros entre sus dirigentes. Con el 21,23% de los votos se ha quedado con 17 parlamentarios.
Lejos de la ilusión que habían despertados las elecciones generales, la experiencia de Elkarrekin Podemos se ha hecho de 11 escaños, quedando por detrás de las expectativas con las que se había lanzado a la campaña, en la cual aspiraban a disputarle alguna porción de poder al PNV. Es que se han estrellado con Iñigo Urkullu quien ha puesto un clima de moderación con su figura en medio del bloqueo institucional entre PP y PSOE, y las disputas corrientes entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez a nivel nacional. Esto llevó a que el clima de estabilidad y de paz vasca, se aglutine en un caudal de votos para el flamante lehendakari (presidente de la comunidad autónoma del País Vasco).
La coalición Elkarrekin Podemos, con Pili Zabala como candidata, obtuvo alrededor 156.000 votos (14,83%). La particularidad es que el 25S ha sido malo en comparación a las elecciones generales del 26 de junio cuando le había arrebatado el primer puesto al PNV con 333.000 sufragios.
Por su parte el PNV tiene la tranquilidad a la hora de generar acuerdos para poder llegar a la mayoría absoluta de 38 escaños. Ahí ingresan los socialistas del PSE-EE como socios claves ya que le proporcionarán los votos necesarios al quedarse sólo con 9 escaños, de los 16 que tenían, en lo que fue la peor elección del socialismo vasco. Además cuando el PNV lo necesitó, el socialismo lo ha apoyado y por su parte el nacionalismo siempre tuvo importantes gestos de generosidad, muy por encima del valor de los votos aportados.
Andoni Ortuzar, presidente del PNV, avisó de cara a los acuerdos que “todas las hipótesis son posibles” y su partido carece de “vetos o exclusiones” con respecto a otras formaciones. Además agregó que “salvo Podemos, todos los partidos han mostrado su intención de llegar a acuerdos con el PNV”.
Asimismo Ortuzar adelantó que las políticas que se llevarán adelante en este periodo de formación de gobierno serán las mismas que el PNV ha destacado a lo largo de toda la campaña: buscar la “estabilidad y la gobernabilidad” con la mejora económica, la paz y la convivencia y el avance en el autogobierno como ejes básicos para cualquier acuerdo.
Por su parte el secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, se ha ofrecido al PNV para conformar "una gran mayoría de país que consolide un Gobierno de progreso en lo nacional y lo social" en Euskadi. Otegui resaltó que en el Parlamento Vasco habrá tres fuerzas en favor del derecho a decidir y que plantea que "los recortes sociales se tienen que terminar".
Quien fuera candidata a lehendakari por Elkarrekin Podemos, Pilar Zabala, calificó de "histórica" la entrada de esta fuerza política en el Parlamento Vasco y ha afirmado que su "reto" será el de "articular una mayoría social nueva"
Finalmente se espera que para el mes de noviembre este conformado el nuevo Ejecutivo, ya que en el parlamento vasco a diferencia del nacional no hay bloqueo. Ahora habrá que esperar para ver el efecto de las elecciones en Euskadi sobre las nacionales. Ortuzar ya ha avisado que el PNV no puede apoyar al PP "por sus últimos cuatro años y la falta de proyectos para Euskadi" y alertó que los socialistas deben dejar en claro cuáles son sus políticas.
*Por Leonardo Damián García, Política Argentina
