“Aquí en Estados Unidos la amenaza se concentra principalmente en las almas con problemas que se están inspirando en línea para ejecutar actos violentos a favor del EIIL”, advirtió el jueves el director del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, en inglés), James Comey, al inicio de una reunión sobre terrorismo junto con la fiscal general estadounidense, Loretta Lynch.
Aquí en Estados Unidos la amenaza se concentra principalmente en las almas con problemas que se están inspirando en línea para ejecutar actos violentos a favor del EIIL”, advirtió el director del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, en inglés), James Comey.
También rechazó una “amenaza creíble” de ataques de Daesh en EE.UU. similares a los que perpetró esta banda el 13 de noviembre en París, capital francesa, que dejaron 132 muertos y más de 350 heridos.
“No tenemos información de una amenaza creíble aquí al modo del ataque a París. No hemos visto conexión alguna entre los atacantes de París y EE.UU.”, insistió.
De este modo, restó importancia a un nuevo vídeo publicado el miércoles por Daesh, en el que se mostraban imágenes de un presunto suicida preparando una bomba casera para detonarla en icónicas plazas de Nueva York (noreste), sobre todo Times Square y Herald Square.
Refiriéndose a la capacidad y los recursos que disponen los servicios de Inteligencia estadounidenses, el jefe del FBI indicó: “no somos perfectos, pero somos buenos”.
En octubre, el presidente de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, anunció que el número de casos de terrorismo radical ha crecido en EE.UU. y este año se sitúa en su nivel más alto desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
De acuerdo a McCaul, la organización takfirí EIIL, en poder de vastos territorios en Siria e Irak, inspiró o dirigió 17 complots terroristas en EE.UU. desde principios de 2014.
Después de los atentados de París, Daesh, que asumió la autoría de los ataques, ha publicado varios vídeos amenazando con similares ofensivas en otros países occidentales, razón por la que varios Estados europeos y EE.UU. han aumentado su nivel de seguridad y vigilancia.
