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» » Refugiados colombianos celebraron Navidad en Ecuador con optimismo y nostalgia

(26/12/15 - Ecuador)-.Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, en el país andino hay 54.865 extranjeros que viven con status de refugiado, de los cuales al menos el 98% son colombianos.

La Navidad es una fiesta celebrada a nivel mundial que fundamentalmente reúne a la familia. Pero qué sucede cuando esa familia está lejos y no es posible darse ese encuentro. Cuál es el sentimiento en esta celebración de una persona que ha tenido que dejar su casa, sus seres queridos para irse a otro país huyendo de la violencia y no puede retornar.


Andes dialogó con varios ciudadanos colombianos en diferentes situaciones de movilidad y quienes han encontrado en Ecuador un lugar con mayores garantías de seguridad, tranquilidad, respeto de derechos, pero que a pesar de ello recuerdan con nostalgia su entorno, sus familiares, sus casas y aguardan por la paz definitiva en su país de origen.

Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, en el país andino hay 54.865 extranjeros que viven con status de refugiado, de los cuales al menos el 98% son colombianos.

Esmeraldas es una de las provincias fronterizas con Colombia que ha recibido a miles de ciudadanos con este status.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en un informe publicado en 2012 da cuenta de no menos de 6.000 refugiados colombianos, de los cuales el 60% se reconoce como afrodescendiente.

Domingo García es uno de ellos. Con 65 años al hombro cuenta que tuvo que dejar la ciudad de Tumaco hace ocho años debido a sus temores de que podría ser asesinado por conflictos con un antiguo socio. Trabajaba como pescador y ahora se dedica a la agricultura en una hacienda de la localidad de Wuinchele. Sus manos son las de un trabajador del campo. Cuenta que sus herramientas son el machete, la pala, el azadón.

Su semblante es la de un hombro duro, de piel curtida por el sol y el mar pero que se quiebra al recordar a su familia que tuvo que abandonar y ahora no puede abrazar en esta fecha de rencuentro.

“En mi caso tengo nuevo hijos y ellos están por allá (Tumaco) y llegar a un día de estos como la Navidad y no poderlos abrazar, darles la bendición; uno siente que le vibra el corazón”, reconoce con su mirada humedecida por la nostalgia.

Sin embargo, vuelve la sonrisa a su rostro y afirma que ahora le toca contentarse con los buenos amigos que ha logrado hacer. “Los vecinos le ayuden a uno a superar ese dolor. Los vecinos se vuelven una nueva familia”, afirma.

Para Luz, una joven refugiada colombiana afrodescendiente, la situación fue diferente, aunque al Igual que Domingo salió de Tumaco debido a situaciones de violencia y reconoce que al llegar al país sufrió de la discriminación de varios ecuatorianos que desconfiaban de ella y su esposo por ser colombianos, algo que poco a poco ha ido cambiando.

Muestra orgullosa un pequeño asadero de pollos que ganó gracias a un concurso para capitales semilla en emprendimientos, auspiciado por la Universidad Católica y el Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP), con el cual empezó un negoció de comidas.

Al preguntarle acerca de cómo pasará Navidad lejos de sus familiares rompe en llanto y debe tomar una pausa para contestar. Recuerda a su madre y hermanas a quienes desde hace seis años no ha podido ver y  refiere que ha encontrado en los vecinos y amigos, ese espacio de rencuentro en esta fecha, una de las más importantes para el Cristianismo.

Y es que al no poder regresar por el conflicto armado de su país, la violencia que se da en zona de frontera; la nostalgia por los seres queridos que se encuentran lejos es evidente, pero la apertura y la solidaridad con la que han sido acogidos por los ecuatorianos aplaca en algo este sufrimiento.

La mayoría de la población de Esmeraldas es afrodescendiente y comparte muchos elementos culturales en común con los ciudadanos colombianos asentados en esta parte costera de la frontera, como la música, la danza, la gastronomía, entre otros. Esto quizás haya permitido la rápida integración social de las personas en situación de movilidad.

Según afirmó Oscar Vera, coordinador regional de FEPP, gracias a varios programas implementados se ha logrado sensibilizar a la población esmeraldeña a entender que hay un conflicto en otros países y que de alguna manera esas personas que se ven obligados a dejar sus hogares necesitan tener seguridad, vivir en paz. “Eso es excelente en nuestra gente, el ir teniendo ideas de amor, de solidaridad. No de caridad, sino de respeto”,apuntó.

Esta aceptación para Oscar ha hecho que Esmeraldas se vuelva un referente mundial de integración de personas refugiadas que han encontrado en Ecuador una nueva familia que les acoge y respeta, con la esperanza de que por fin se logre el tan anhelado acuerdo de paz anunciado para 2016 por el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Fuente: Diario Andes de Ecuador

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