Este paquete supone otra vuelta de tuerca e incluye recortes sociales y privatizaciones, unas recetas que van contra los intereses de los trabajadores y trabajadoras del país.
De acuerdo a la Troika, el dinero prestado a Grecia será destinado a necesidades presupuestarias, vencimientos de deuda, y para la recapitalización de la banca.
Este paquetazo contó con el respaldo de 153 de los 155 diputados que formaban la coalición entre Syriza y Griegos Independientes. Mientras, todos los partidos de la oposición votaron en contra.
Grecia aprobó el 14 de agosto otro paquete que prevé un drástico plan de recortes sociales a cambio de esta “ayuda” financiera, la cual que ha generado un enorme descontento social entre la clase trabajadora.
La semana pasada tuvo lugar en el país una huelga general de 24 horas en rechazo a las políticas capitalistas impuestas por el Ejecutivo de Alexis Tsipras. Desde el acuerdo entre Tsipras y la Troika, Grecia vive una nueva oleada de movilizaciones encabezadas por el sindicato PAME y los comunistas del KKE.
