La legisladora, tritemente célebre por sus absurdas declaraciones públicas tendientes a generar terror en la sociedad, como aquella que señalaba que, también integrantes de La Cámpora, estaban armados y se proponían desestabilizar, para luego retracatrse señalando que "estaban armados de cargos", vuelva a la palestra tras su mutismo preelectoral que, según ella misma se encargó de decir, fue para no "espantar votantes".
Ahora la legisladora, alguna vez una protagonista seria de la vida política nacional, que incluso llegó a ser constituyente, señala que "La Cámpora promueve saqueos en el conurbano luego del 10 de diciembre" y que “en el Conurbano están ofreciendo dinero para que haya saqueos después del 10 de diciembre”.
“Estamos tratando de neutralizarlo. Están trabajando Patricia Bullrich con la gobernadora electa (María Eugenia Vidal) para evitarlo”, reveló la legisladora en un delgado límite entre la demencia y la paranoia.
En tanto pidió “a los movimientos que no pertenecen a La Cámpora, principalmente a la izquierda, para que se opongan. Para que dos peleen, los dos tienen que estar dispuestos” dijo la legisladora sin aclarar quienes son los dos.
Por otra parte, Elisa Carrió valoró la actitud de Daniel Scioli en el marco de la transición tras no acceder a la presidencia y volvió a demostrar sus superpoderes, en este caso de convertirse en mosca.
“A Scioli lo vi liberado al reconocer la derrota y no hacerle caso a Zannini, que quería provocar el caos" dijo Carrió que evindemente parece haber estado en un lugar al que muy pocas personas accedieron, o delira pensando que pudo haber estado allí y eso haber ocurrido.
Luego la legisladora, ex UCR, ex ARI, y ahora CC en Cambiemos dijo que Scioli "se inclinó al peronismo tradicional, que era no romper las pautas de la democracia” aseverando implicitamente que Carlos Zannini buscaba dar un Golpe de Estado.
Es de esperar que Elisa carrió, que antes de trabajar en política fue funcionaria judicial de la dictadura de Videla en su provincia Chaco, acuda con su denuncia a la justicia, ya que de no hacerlo estaría incurriendo en una falta grave a su condición de funcionaria pública que la podría, y debería, llevar a juicio político por no denunciar un intento de este tipo donde corresponde, aunque quizás sea citada de oficio por un fiscal para que, como ocurre habitualmente se retracte.
