Select Menu

Municipios

Latinoamerica

Sociedad

.

.

Argentina

.

Deportes

Internacionales

Cultura y Educación

» » Juana Manuela Gorriti, una escritora visionaria

(06/12/15 - Libros)-.La reedición de la novela La Tierra Natal de la escritora Manuela Gorriti (1818-1892) recoloca en un primer plano no sólo a una de las voces precursoras de nuestras letras sino, como lo señala la ensayista Leonor Fleming, a la primera novelista sudamericana y una de las iniciadoras de la literatura fantástica argentina.

Los avatares de la protagonista de la novela de Gorriti -editada por el sello La Crujía en su serie "Biblioteca del Norte"- se sobreimprimen al itinerario de su autora: destierro, linaje político, avanzado feminismo, antimperialismo, conocimiento del mundo indígena e identidad latinoamericana.

La Tierra Natal, publicada en 1889, lleva en esta nueva edición un sustancial y extenso estudio a manera de prólogo de la ensayista salteña Leonor Fleming, doctora en Letras por la Universidad Complutense de Madrid quien, en diálogo con Télam, retrató a Gorriti como "una mujer de avanzada y una visionaria, una luchadora que no desertó ni de la vida ni de la escritura".

A La Tierra Natal se la puede leer en clave histórica, autobiográfica, como relato y anecdotario ¿lo ve así?
Sí, los viajes y conflictos tanto de su vida como de la época turbulenta que le tocó son su cantera literaria; su obra incluye a la manera romántica una gran variedad de temas y géneros -novela, crónica histórica, leyenda, relato fantástico, estampas, semblanzas y biografías, diario y memorias, notas de salón y hasta un libro de cocina- entre los que destaca el relato de viaje. 

Su estudio le da un lugar primordial en la tradición novelística y también como precursora de la literatura fantástica argentina.
La aparición de su novela corta La quena en 1851, publicada por entregas en El Comercio de Lima, la ubica como la primera novelista de Sudamérica. Esta nouvelle, será incluida junto a otras narraciones en su primer libro, Sueños y realidades, de 1865.

En sus relatos, situados en escenarios y paisajes reales de las ciudades y países que recorrió, la historia patria se entrelaza con la historia familiar, la leyenda, el mito y la fantasía, situándola como un antecedente de la literatura fantástica y, en cierto modo, de lo real maravilloso que desplegó luego la literatura latinoamericana.

En La Tierra Natal se exaltan valores como coraje, amor, inteligencia, generosidad, rectitud, ¿eran también los suyos?
Sin dudas. Fue una mujer inteligente, recta, con valor para tomar decisiones de acuerdo a sus principios y aceptar las consecuencias; afectuosa y leal con sus amigos, querida por los jóvenes, refinada, culta, austera y generosa, audaz en algunos de sus proyectos y fiel a la escritura que ejerció con pasión hasta los últimos días de su vida. 

En varios pasajes se refiere usted al temperamento de Juana Gorriti, una mujer crecida entre conflictos bélicos. 
De familia de políticos y guerreros (su padre y sus tíos participan junto al general Martín Miguel de Güemes en las guerras de Independencia), hereda ambos temperamentos. 

Luchó contra los prejuicios de su época comprometida con la emancipación -que le valió exilios-; la libertad y la independencia, política y personal; fue solidaria y atendió a los heridos durante la defensa del Callao contra la escuadra Española. 

En sus memorias escribe con orgullo que nació en el ámbito de un campamento; se refiere al de los gauchos del general Güemes, artífice de la Independencia junto a Belgrano y San Martín, que tenía sus huestes en la propiedad rural colindante con Horcones, finca donde ella nació y pasó sus primeros años.

Es notable en esta novela de historias encastradas la destreza con el lenguaje y la composición de personajes. 
Es maestra en recrear situaciones y escenarios, en la descripción de paisajes -selvas, cordilleras- y en el manejo de la oralidad con enmarques que dan a los relatos fantásticos aire de cosa acontecida, aprendidos en la finca paterna junto al fogón, con viejas criadas y arrieros que hilvanaban historias que la electrizaron desde niña.

La suma de sus relatos ofrece un friso del siglo XIX sudamericano en el que no importa tanto la exactitud de los hechos, como el clima de una sociedad en ebullición y cambio. 

¿Qué papel jugaron en sus libros los viajes y exilios?
Salta de su infancia a la patria grande sudamericana de sus ideales; tuvo una vida de desplazamientos -en su mayor parte por circunstancias políticas para preservar su vida o la de sus familiares; o personales, para preservar su independencia- que aprovechó como mujer para cruzar los límites que le imponía su condición femenina y, como escritora, que encuentra en ellos su cantera literaria. 

¿Fue feminista? Escribió varios alegatos en ese sentido. 
Fue una moderna en su vida y en sus escritos: feminista, librepensadora que asumía los riesgos de sus decisiones. 

Defendió la libertad e independencia de la mujer en los hechos; asumió el costo de una moral heterodoxa: se separó de su marido, con el que había tenido dos hijas y en Lima tuvo otras relaciones y otros hijos; trabajó como maestra y defendió la tarea de la escritora profesional que vive de su trabajo; dirigió revistas cuando ser mujer y escritora en el siglo XIX era un escándalo, como opinaba Sarmiento.

Al final de sus años, en 1892, suma a su extensa obra el libro de gastronomía Cocina Ecléctica. 
Sí, es un curioso testimonio que tiene un núcleo de cocina criolla, deudora de la cultura del maíz de procedencia indígena. 

El deliberado perfil sudamericano, al igual que en sus ficciones, está en muchas de sus recetas, en los ingredientes tanto culinarios como lingüísticos y en las formas de cocinar y de contar, que son maneras de ver el mundo. 

Desentendida de meridianos europeos descentró el eje culinario de París para plantarlo en los países andinos de Sudamérica.

«
Siguiente
Entrada más reciente
»
Previo
Entrada antigua