El 8 de febrero pasado, el policía Geoffrey Freeman, que también es negro, recibió una serie de alertas por un joven que deambulaba por las calles.
Al encontrarlo, dio la voz de alto, pero el hombre no respondió. "¡Deténgase ahí mismo!", "¡No se mueva!", fueron las advertencias a las que David Joseph no respondió. Siguió corriendo y al pasar junto a la patrulla recibió el disparo que terminó con su vida.
No poder asegurar una acusación cuando un policía dispara y mata a un joven desarmado, flaco y desnudo muestra la falta de voluntad del fiscal y llama a cuestionar todo el proceso del Gran Jurado en casos de mala conducta policial", critica el abogado de la familia del joven negro asesinado por el policía estadounidense.
De inmediato, el jefe de la Policía de Austin, Art Acevedo, lo apartó de su cargo por no respetar las políticas del departamento.
"La decisión del oficial Freeman de sacar su arma cuando salió de su vehículo fue injustificada", expresó, a la vez que explicó que podría haber utilizado otros elementos para neutralizar a Joseph, según el portal estadounidense Daily News.
Sin embargo, el tribunal que lo juzgó aseguró que no había motivos para levantar cargos contra el oficial. Así que los testimonios de 12 testigos y el video del asesinato no fueron suficientes para condenar al acusado.
Por su parte, los abogados que defendieron a Freeman aseguraron que actuó de acuerdo a la ley, siguió su entrenamiento y "protegió a la comunidad", por lo que vaticinaron que pronto recuperará su trabajo.
Este acto se suma a otros casos de violencia y brutalidad policial que atraviesa EE.UU., el cual ha provocado diversas protestas y manifestaciones entre los estadounidenses, más en concreto por el asesinato de un joven negro desarmado llamado Michael Brown en 2014 por parte de un policía blanco.
