En un nuevo informe emitido este lunes, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Raad al-Husein, ha criticado "una serie de gravísimas violaciones de los derechos humanos contra los rohingyas (...) que da a entender un ataque de gran envergadura o sistemático (...) que podría desembocar en una posible acusación de crímenes contra la humanidad ante un tribunal".
Según el informe, los musulmanes rohingyas, habitantes del estado occidental de Rajine, padecen amenazas a su seguridad y a su vida, la negación de la ciudadanía, el trabajo forzado, la violencia sexual, y se les deniega el derecho a la salud y a la educación.
Por su parte, Al-Husein ha alertado que en este país asiático las leyes y políticas están diseñadas para negar los derechos fundamentales a las minorías y donde la impunidad de las graves violaciones contra dichas comunidades ha resultado en el aumento de las violaciones en su contra.
El político jordano además, ha urgido al nuevo Gobierno de Myanmar, presidido por Aung San Suu Kyi, a que tome medidas concretas para acabar con la discriminación y las constantes violaciones a los derechos humanos de la minoría rohingya en su país.
A su juicio, el Gobierno de Myanmar tiene que priorizar la detención de las violaciones contra los musulmanes rohingyas, una minoría que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera la “más oprimida” del mundo.
Amnistía Internacional (AI) criticó el pasado 21 de octubre, que los malos tratos físicos que sufrían los rohingyas al huir de la persecución en Myanmar vía marítima son demasiado terribles para describirlos con palabras.
