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» » La Perla: Varios “pesados” discursearon antes de la sentencia sin hacerse cargo de nada

(18/08/16 - Lesa Humanidad)-.Los discursos de los mayores retirados Héctor Pedro Vergez (foto) y Ernesto Guillermo Barreiro, apodados respectivamente “Vargas” y “El Nabo” concentraron la atención por haber sido respectivamente los jefes operativo y de interrogadores del campo de concentración de secuestrados y exterminio de La Perla. 

Vergez reivindicó todo lo actuado, rechazando su calidad de terrorista de Estado, y Barreiro expresó su satisfacción por el hecho de en el desfile de conmemoración de los dos siglos de la independencia nacional hayan participado militares retirados que participaron del Operativo Independencia en 1975 y en la recuperación del cuartel de La Tablada a comienzos de 1989 e incluso se atrevió a amenazar veladamente a los miembros del tribunal.

Héctor Vergez afirmó que durante la dictadura se peleó "legalmente una guerra" y sostuvo que los procesados por delitos de lesa humanidad "no somos terroristas de Estado, terroristas eran las bandas que asolaron el país durante la década del 70".
Vergez hizo uso hoy del derecho a la última palabra en el juicio que se lleva a cabo en los tribunales federales de Córdoba en el marco de la megacausa La Perla por crímenes de lesa humanidad.

"Peleamos legalmente una guerra. No somos genocidas. Yo maté en combate defendiendo a mis subalternos", afirmó Vergez, quien se encuentra acusado de cometer 448 delitos, entre ellos 108 homicidios calificados y 6 imposiciones de tormentos seguidas de muerte.

Antes del golpe de marzo de 1976 Vergéz fue uno de los jefes operativos del “Comando Libertadores de América” (versión cordobesa de la Triple A que dependía directamente del jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, el hoy multicondenado Luciano Benjamín Menéndez) y participó en matanzas colectivas como la de las familias Pujadas y Vaca Narvaja y de un grupo de estudiantes bolivianos.

Después del golpe, en La Perla, Vergéz siguió siendo un asesino serial. Basta un ejemplo para dar cuenta de su depravadación: tras acusar a un joven de haber abierto las puertas de un cuartel a la guerrilla mientras era soldado conscripto, ordenó estaquearlo, le envolvió la cabeza con el alambre de una resistencia de plancha, y enchufó el dispositivo, tal como habría denunciar un gendarme que presenció la espelúznate ejecución, Domingo Beltrán. 

Dirigiéndose al tribunal, Vergéz señaló: "no pido que no me condenen. Yo ya fui absuelto por mis jueces naturales", en referencia a lo que habría decidido un tribunal militar secreto.

También habló Barreiro, acusado de cometer 518 delitos, entre ellos 65 homicidios calificados y 13 casos de aplicación de tormentos seguidos de muerte, señalado como uno de los jefe de interrogadores en La Perla y quien detonó el alzamiento militar durante la Semana Santa de 1987, contra el gobierno constitucional del entonces presidente Raúl Alfonsín al negarse a comparecer ante la justicia civil.

Al iniciar su exposición Barreiro destacó que la formación militar "tiene un rasgo de estoicismo, por eso voy a empezar con una cita del maestro Séneca: no voy a hablar de mí, sino de la virtud; no me apartará este veneno, ni ponzoña, de la virtud".

Durante su discurso, Barreiro se refirió en varias oportunidades tanto a testigos, como a abogados querellantes y a los fiscales, por lo que en reiteradas oportunidades fue reprendido por el presidente del Tribunal Oral Federal número 1 (TOF1), Jaime Díaz Gavier, quien le exigió que "termine con las alusiones personales".

En lo que pareció una respuesta a estas advertencias, Barreiro dijo que según leyó en un libro, en el proceso de Nüremberg, "los fiscales y los jueces deberían rendir cuentas por cómo llevaron los juicios", y añadió que "el último de los juicios fue a los jueces".

“El Nabo” también acusó al fallecido ex gobernador constitucional de Córdoba, Ricardo Obregón Cano (derrocado por un golpe de estado encabezado por el entonces jefe de la policía provincial, el coronel retirado Antonio Domingo Navarro, en lo que se conoce como “El Botonazo”) de haber permitido la instalación de la organización Montoneros en la provincia.

En otro momento se refirió a los actos centrales del 9 de Julio último donde dijo "he tenido la emoción de ver desfilar a nuestras fuerzas armadas ante el clamor de miles de personas, a los de Malvinas y a los de la Tablada. Camaradas del monte y de la ciudad. Muchos de ellos condenados por estos inicuos juicios".

"Estoy seguro -dijo finalmente-, que tarde o temprano, también nos verán a nosotros desfilar por nuestra querida Patria, y así las sombras tenebrosas del efímero relato serán borradas para siempre", en alusión al anterior gobierno nacional.

Durante la audiencia de hoy, también usaron de la última palabra los imputados Francisco Melfi, Carlos Villanueva, Héctor Romero, Carlos Alberto Díaz, Eusebio Vega, José Herrera y Luis Gustavo Diedrichs, quien fue en un comienzo jefe del “Comando Libertadores de América”.

Posteriormente el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles 24, cuando podrán hacer uso del derecho a la última palabra los acusados, Jorge Exequiel Acosta y Arnoldo José “Chubi” López, tras lo cual el TOF1 pasará a deliberar y el jueves 25 dará a conocer la sentencia.

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