“Hay puntos en Cisjordania que se quedarán en las manos de Israel en caso de cualquier acuerdo de paz. No creo que (Trump) tenga problemas con eso en absoluto”, así lo afirmó el jueves el coasesor de Trump para asuntos del régimen de Israel, David Friedman.
Friedman formuló estas declaraciones en una entrevista concedida al diario israelí Haaretz, al ser preguntado si el polémico candidato apoyaría una medida israelí de anexionarse otras partes de la ocupada Cisjordania.
La ministra israelí de asuntos judiciales, Ayelet Shaked, comunicó el lunes sus planes para extender la ley israelí a Cisjordania dentro de un año.
Trump, de ser electo presidente, no seguirá la línea y las posiciones adoptadas por el actual mandatario, Barack Obama, sobre la formación de un Estado soberano palestino en los territorios ocupados, apostilló.
“Se trata de un tema del que Israel debería encargarse porque es el único que tendrá que enfrentar las consecuencias”, serán los israelíes quienes deben tomar la decisión de si apoyar un Estado palestino o no, puntualizó.
Según el asesor del empresario multimillonario, Trump no ve el establecimiento de un Estado palestino como un “imperativo de EE.UU.” de ninguna manera.
“La postura de Trump es esta: enfrentar la realidad y no esperanzas y deseos”, matizó.
El polémico aspirante a la Presidencia reiteró en varias ocasiones su intención de reforzar aún más los lazos entre EE.UU. y el régimen de Israel, e incluso abogó por mover, “con bastante rapidez”, la embajada de EE.UU. de los territorios ocupados de Tel Aviv a la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).
El régimen israelí se considera el principal propietario de los territorios ocupados, sobre todo la ciudad de Al-Quds e incluso la ve como su capital, mientras un gran número de países, incluido su aliado EE.UU., se niegan a transferir sus legaciones diplomáticas allí, donde las ampliaciones de las colonias israelíes aún son objetos de críticas internacionales.
