“Es inaceptable la obsesión del gobierno estadounidense, que además de considerar a Venezuela una amenaza a su seguridad y política exterior, pretende instruir a la República Bolivariana sobre elementos esenciales de su vida institucional”, agregó el documento divulgado por la Cancillería.
En sus declaraciones, realizadas la víspera en Ottawa, Canadá, Obama pidió también “respeto para la Asamblea Nacional”, dominada por la alianza de derechas Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Al respecto, la nota diplomática declaró que “resulta completamente contradictorio e ilógico que se inste al gobierno venezolano a irrespetar el Estado de Derecho con el único fin de satisfacer intereses antidemocráticos de la oposición venezolana”.
Resalta además el doble estándar de su política sobre derechos humanos al solicitar la liberación de venezolanos que han cometido delitos comunes, al tiempo que mantienen preso a Óscar López Rivera, por el simple acto de anhelar la independencia de su país, Puerto Rico.
Junto a las declaraciones de Obama, el miércoles el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, incluyó a Venezuela, junto con Haití y Belice, en una lista de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas.
Venezuela pasó a la “lista negra” en el año 2014 y aún continúa allí luego de haber figurado durante varias ediciones anteriores en “observación especial”, una categoría inmediatamente inferior en la que ahora se encuentra Cuba.
Además, en marzo de este año la Casa Blanca prorrogó el decreto presidencial en el que señala al país suramericano como una amenaza para su seguridad nacional, criticado, a su vez, por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, como un nuevo acto de hostilidad.
