Burkini, un traje de baño que cubre el cuerpo y el cabello de las mujeres musulmanas. En Francia, alcaldes de varias ciudades como Cannes han prohibido su uso en las playas, desatando la controversia.
Sin embargo, a miles de kilómetros, en la soleada Australia, las musulmanas pueden utilizarlo libremente donde quieran: en piscinas, playas o para hacer deporte.
Aheda Zanetti, una libanesa-australiana de 48 años que inventó el burkini hace más de una década, asegura que esta especial prenda es un símbolo de la convivencia y la integración social, no de la división.
En Francia las cosas son diferentes. Primero la prohibición del burkini en varias ciudades y, después, el primer ministro, Manuel Valls, apoyó la prohibición.
Señaló que da una visión arcaica de la mujer en los espacios públicos e indicó que no es compatible con los valores de Francia.
La asociación francesa Liga de los Derechos Humanos alertó que llevará la prohibición ante el Corte Europea de Derechos Humanos y denunció las declaraciones de Valls.
