Entre estos problemas se encuentran la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático, que podrían aumentar el número de suicidios, el uso de drogas y los índices de violencia.
Los sectores de la población más amenazados son los menores, los ancianos, la gente que vive en la pobreza y las personas que ya tienen algunos problemas de salud mental, según informa Gizmodo.
De acuerdo con este estudio, publicado por la organización National Wildlife Foundation, un 50 % de estadounidenses vive en zonas costeras que se verán afectadas por tormentas y por un aumento del nivel del mar. Además, el 70 % de la población padecerá olas de calor y quienes viven próximos al curso de los ríos sufrirán por las inundaciones.
Al presenciar todos estos cambios, muchos ciudadanos padecerán cuadros de ansiedad. Lo peor es que no conocerán la verdadera causa de su malestar, con lo cual esa ansiedad aumentará de manera directamente proporcional al aumento de las informaciones sobre las pésimas condiciones meteorológicas.
Por su parte, las personas que se vean obligadas a abandonar sus casas por los desastres naturales sufrirán estrés por desplazamiento, mientras que quienes vivan catástrofes o la muerte de familiares sufrirán de estrés postraumático. Otros, padecerán desesperación y miedo.
Otra consecuencia grave será la ira que acompañará a las crisis migratorias y los conflictos por los recursos que traerá consigo el cambio climático. Finalmente, el Ejército estadounidense espera que el calentamiento global cause guerras en los próximos 30 años.
Ante este panorama, el documento asegura que el sistema de salud de EE.UU. no está preparado para atender a tantos pacientes.
