¿Qué siginificado tiene la celebración de los diez años del NO al ALCA?
La recordación de un hecho que a la postre va a ser visto como una batalla que hubo en la guerra de la independencia.
La consecuencia de aquel no al ALCA tienen ese tipo de dimensión; hace diez años comenzaba un tipo de integración distinta, diferente; los gobiernos populares que individualmente iban tomando medidas a favor del pueblo, necesitaban poder decirle que no en la cara al imperio, y fue ese No al ALCA.
Así que eso fue un hecho antiimperialista, de soberanía y de autodefensa, porque imaginemos que hubiera pasado en la crisis del 2008 si eso no sucedía.
Así que lo de hoy es una recordación y también una advertencia de los peligros que atraviesa la integración.
Una ofensiva por la iniciativa de libre comercio con la Alianza del Pacífico y con el Tratado del Transpacífico, los ataques permanentes a Brasil, Venezuela y Argentina por parte de USA y una nueva derecha, que acá la vemos con Macri, pero que no es una novedad, una derecha que aparece descontracturada, dando seguridad de que todo continuará, pero que en el fondo es retroceder.
Distinta etiqueta pero las mismas ideas.
Ellos hicieron una modificación de su aspecto para poder llegar más profundamente en el daño y también ver que esa nueva derecha está articulada.
Un triunfo de Mauricio Macri, yo tengo toda la convicción que no va a suceder, pero si pasara, envalentonaría, de hecho ya dijo Enrique Cardoso (Brasil) que se siente muy motivado por la elección argentina y el propio Macri dijo que si ganara pediría la libertad de Leopoldo López, hay elecciones el 6 de diciembre en Venezuela, quiere decir que esa nueva derecha está articulada y de la misma forma que el avance en algunos países significó el avance del progresismo en todo América latina, ahora el retroceso en un país, sea Venezuela, Argentina o Brasil, va a ser un retroceso en el resto.
