Lo más importante es recordar que han pasado diez años de un hecho político significativo, en el cual se le pudo decir a (George) Bush que no en la cara, a una pretensión que tenía la potencia hegemónica de generar un área de Libre Comercio en el continente.
Es cierto que no es la primera vez que lo intenta, es la tercera vez y las tres veces la Argentina le ha dicho que no.
En esta última coincidió con que gobiernos populares como el Tabaré Vásquez, Chávez, Lula y Néstor Kirchner le expresaran esto claramente en la cara.
Además hay que festejar que esto fue, claramente, una epopeya, porque diez años antes del 2005 nadie pensaba que se podía parar el ALCA, estábamos en la cúspide del fenómeno neoliberal, de la muerte de las ideologías, de que no había nada que hacer, de la existencia de una sola potencia, el mundo unipolar.
Que hubiera un grupo de militantes, de organizaciones políticas y sociales que salieran a trabajar para resistir al ALCA y decirle que no al área de libre comercio había generado en aquel momento un debate sobre ponerle un capítulo social.
Eso se resistió con toda las fuerzas y se fue trabajando y fue un acierto, porque diez años después las condiciones habían cambiado, habían surgido gobiernos populares en la región, los movimientos sociales estaban más movilizados, más fuertes, y también hay que decir que aparecieron intereses contrapuestos en los sectores de poder en los distintos países.
Había sectores industriales que veían un riesgo en el área de libre comercio, sectores que estaban ligados a los productores de los comoditys agrícolas que eran competitivos en condiciones libres, pero ante la producción subsidiada del agro en USA tenían toda la de perder, lo que generó condiciones objetivas.
La movilización popular más esas condiciones objetivas en el ámbito económico, más gobiernos populares de la región encabezados por liderazgos importantes fue la mejor de las combinaciones para llegar a este resultado de que Néstor, Lula y Chávez le pudieran decir que no a Bush en la cara.
A diez años de aquel hecho ¿se puede decir que esta suerte de plebiscito entre Scioli y Macri puede ser considerado como un segundo No al ALCA?
Tenemos una doble responsabilidad, porque la verdad que nosotros, los militantes populares, las organizaciones sociales, desde Cristina, hasta Scioli como presidente pasando por el último de los militantes, tenemos que tomar conciencia de lo que se está discutiendo en la Argentina y que se pueda generar un punto de inflexión; que sea hasta la entrada de los proyectos neoliberales de la derecha populista que va como opción democrática a los gobiernos y que han tenido resultados negativos en todo el continente desde el año `98 hasta acá.
No vaya a ser cosa que en Argentina terminemos siendo diferentes porque terminemos abriendo la puerta del gallinero al zorro de Macri para que pueda hacer sus tropelías.
Me parece que esto es un tema que nos tiene que llamar a una profunda reflexión y a partir de ahí tomar el compromiso de pelear hasta el último voto para que el 22 de noviembre el Presidente sea Scioli
Entrevista y Fotografía: Hugo Delgado
