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» » Nagorno-Karabaj; nuevo punto de escalada de tensiones entre Rusia y OTAN

(12/06/16 - Tensión Militar Europea)-.El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán sobre la región de Nagorno-Karabaj podría convertirse en un nuevo punto de confrontación entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La presencia militar rusa en Armenia, estrechamente aliada con Moscú y teniendo largas fronteras con Turquía—miembro de la OTAN que ya ha mostrado su apoyo a Bakú—, podría complicar en gran medida los cálculos estratégicos existentes hasta ahora.

Armenia y Azerbaiyán viven enemistades desde que en 1988 comenzara el conflicto de Nagorno-Karabaj. Este enclave, poblado en su mayoría por armenios, decidió independizarse por medio de las armas de la que fuera la República Socialista Soviética de Azerbaiyán (1920-1991).

La presencia de las fuerzas rusas en el territorio armenio, gracias a los pactos de seguridad entre Moscú y Ereván para garantizar la soberanía de Armenia, se ve actualmente significativa para el futuro del conflicto sobre Nagorno-Karabaj.

Los combates entre las tropas azerbaiyanas y armenias se reanudaron desde principios del pasado mes de abril luego de que la región de Nagorno-Karabaj no viviera enfrentamiento armado alguno desde que concluyó la guerra en 1994. Pese a que un alto el fuego fue declarado a finales de abril en la región, por mediación de Rusia, siguen los choques esporádicos entre ambas partes.

Según un artículo de la página Web Veterans Today, publicado el sábado, Nagorno-Karabaj ya no debe considerarse como un tema de divergencia entre los dos países vecinos, evocando los lazos recientemente mejorados entre Azerbaiyán y la Alianza Atlántica.

El artículo recuerda asimismo que cualquier profundización de las diferencias de opinión entre Rusia y la OTAN sobre el futuro de Siria podría cambiar considerablemente todas las estrategias y los cálculos en la zona en su totalidad.

En este contexto, la presencia de las tropas rusas tanto en Siria como en Armenia —sirviendo en ambos como entrenadores y asesores militares— podría convertirse en una campaña contra cualquiera insurgencia extranjera.

Aunque Rusia y la Alianza Atlántica no se encuentran en una guerra directa y armada, se ven mutuamente como una amenaza, esta situación se agravó con la crisis ucraniana y con los mayores despliegues de la OTAN en Europa del Este y muy cerca de las fronteras rusas.

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