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(07/05/15 - Genocidio Palestino)-.Más de 2.200 palestinos murieron en el transcurso de los ataques, civiles en su mayoría, según los datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

A los soldados israelíes les ordenaron que mataran a los civiles en los ataques que llevaron a cabo en Gaza el verano pasado, según los testimonios publicados hoy por el grupo Rompiendo el Silencio.

Los testimonios, que incluyen varias entrevistas con militares israelíes de medio rango, ponen de relieve la extrema crueldad demostrada durante los 51 días de la ofensiva. Algunos testimonios afirman que a los soldados israelíes les dijeron que todo en Gaza era una “amenaza” y que podían utilizar tanta munición como quisieran.

Más de 2.200 palestinos murieron en el transcurso de los ataques, civiles en su mayoría, según los datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Aunque los líderes israelíes han venido diciendo que el ejército tomó precauciones para no causar daños a los civiles, los testimonios obtenidos por Rompiendo el Silencio dicen exactamente lo contrario.

‘Esterilizado’
“Todo [en Gaza] es una amenaza”, dijo a Rompiendo el Silencio un sargento que sirvió en Deir al Balah, en la zona central del enclave palestino. “La zona tiene que ser ‘esterilizada’, vaciada de gente, y si vemos a alguien con una bandera blanca, gritando ‘me rindo’ o algo así, eso es una amenaza y hay autorización para abrir fuego”.

“El lema era ‘no hay nadie inocente’”, añadió el sargento. “En esa situación, todo el mundo está implicado”.

Deir al Balah era una de las áreas donde se produjeron más víctimas durante la ofensiva israelí contra Gaza. El 24 de julio, varios palestinos resultaron heridos cuando las fuerzas israelíes bombardearon una escuela de la ONU que servía como refugio para personas desplazadas por los combates.

Tal como informó The Electronic Intifada, Amal Abu Yayab, una joven palestina discapacitada, fue atacada por un avión no tripulado israelí en Deir al Balah el 13 de julio. Murió cuatro días después.

Otro sargento recuerda las instrucciones que dio un comandante a sus soldados durante los preparativos para la invasión terrestre de Gaza, que comenzó el 17 de julio. “No corramos riesgos. No escatimemos munición. Gastemos toda la munición posible”, dijo el comandante.

‘Retorciéndose de dolor’
Un sargento que estuvo en el norte de Gaza durante la guerra declaró que a los soldados les ordenaron “disparar de inmediato”.

“Las instrucciones eran disparar de inmediato”, dijo a Rompiendo el Silencio, una organización formada por exsoldados israelíes opuestos a la ocupación de Cisjordania y Gaza. “A todo el que divises, esté armado o desarmado, eso no importa. Las instrucciones eran muy claras. Tenías que disparar a matar a toda persona que te encontraras, que vieras con tus ojos. Era una instrucción explícita”.

Otro sargento, que estuvo en una unidad de infantería en el norte de Gaza, recordó haber visto a un civil que estaba “retorciéndose de dolor”. “Este anciano se acercó y el chico que estaba en el puesto —no sé lo que le pasó por la cabeza— le vio y le disparó, pero no apuntó bien”, dijo el sargento. “El civil estaba en el suelo, retorciéndose de dolor”.

Y añadió: “Estaba claro para todos que solo podía suceder una de estas dos cosas: o le dejábamos morir lentamente o le poníamos final a su miseria. Al de un rato, le matamos y un D9 [una excavadora blindada] vino y arrojó un montón de escombros sobre él. Así terminó todo”.

Este mismo sargento contó a Rompiendo el Silencio que, cuando le informaron al comandante del batallón, este no le dio ninguna importancia.

Pillaje
Los soldados entrevistados hablaron también abiertamente del pillaje, de la destrucción deliberada y de la ocupación de casas de los palestinos durante la ofensiva.

Un sargento del cuerpo de vehículos blindados recordó que, en varias ocasiones, los tanques aplastaron coches. Los conductores de los tanques “tenían esta especie de impulso loco de aplastar coches”, dijo.

“En una ocasión, el conductor [de mi tanque], un chico ligeramente hiperactivo, logró convencer al oficial del tanque para aplastar un coche, algo que no fue nada excitante”, añadió. El operador del tanque fue “regañado”, pero no castigado.

Otro sargento, que estuvo en el norte de Gaza, reflexionó sobre la destrucción que el ejército había causado en esa parte de la franja. “Cuando llegamos allí, las casas ya estaban en ruinas”, observó, explicando que las excavadoras blindadas arrasaron los gallineros.

Comentando sobre la extensión de la destrucción, añadió: “Nunca vi nada igual, ni siquiera en el Líbano. Allí también hubo destrucción, pero nunca en mi vida vi nada como esto”.

‘Reducido a un montón de arena’
Un sargento de infantería contó a Rompiendo el Silencio cómo los soldados arrojaban granadas al interior de las casas antes de entrar en ellas. Y recordó cómo los tanques y las excavadoras blindadas destruyeron deliberadamente un huerto.

“Era uno de los huertos más hermosos que he visto… y en unas pocas horas no quedó ni rastro de él, fue reducido a un montón de arena”, dijo.

Esto no fue un hecho aislado. Varios testimonios describen en detalle cómo los soldados recibieron órdenes de destruir las casas y demás propiedades palestinas.

Muchas casas fueron atacadas con familias enteras dentro de ellas, según han declarado otras organizaciones. A comienzos de este año, un informe publicado por el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem mostró que la “política de fuego indiscriminado” llevada a cabo durante la ofensiva provocó que “una gran cantidad de edificios residenciales fueran atacados desde el aire y desde tierra, causando su derrumbe con familias enteras dentro”.

Explicando que la política de bombardear casas fue puesta en práctica a lo largo y ancho de Gaza, el informe de B’Tselem señala: “Estos ataques no se llevaron a cabo por capricho de soldados, pilotos o comandantes individuales en el campo de batalla. Fueron la concreción de una política formulada por el gobierno y el mando militar”.

Impunidad
A pesar de las peticiones de investigaciones sobre los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza, ningún soldado ni mando militar ha sido castigado por ellos. El ejército israelí dijo al The Guardian que “investigaremos todas las acusaciones creíbles” de crímenes de guerra y mala conducta.

Pero tanto durante los ataques como después, Israel ha negado reiteradamente a los investigadores independientes de derechos humanos el acceso a Gaza. Entre los que no han podido entrar en Gaza por esta causa se encuentran los investigadores de Amnistía Internacional, el Observatorio de Derechos Humanos y los de la ONU.

Para empeorar las cosas, gran parte de Gaza sigue en ruinas nueve meses después de que concluyeran los ataques. A finales de febrero, solo había llegado al enclave un cinco por ciento de la ayuda internacional prometida por los países donantes con el fin de reconstruir Gaza.

Aunque se han hecho algunas reparaciones limitadas de viviendas dañadas, ninguna de las más de 12.000 casas palestinas destruidas por Israel ha sido reconstruida, según la Asociación de Agencias Internacionales de Desarrollo.

Con los responsables de las masacres disfrutando de impunidad y el incumplimiento de las promesas de los donantes de ayuda, es muy poco probable que los palestinos de Gaza puedan esperar justicia en el futuro.

Fuente: Patrick Strickland, The Electronic Intifada, Traducción: Javier Villate, Blog Disenso

Autor:  Patrick O. Strickland es un periodista independiente y colaborador habitual de The Electronic Intifada. Actualmente, está trabajando en su primer libro para la editorial londinense Zed Books. Pueden ver su información sobre el Estado Islámico. Visita su sitio web: www.postrickland.com

Acerca del traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente. 

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