(16/08/16 - Gestión Macri, Opinión, Por Hugo Delgado)-.Presos políticos y persecución ideológica en Jujuy; un sacerdote junto a militantes políticos y sociales en huelga de hambre en Plaza de Mayo; Represión en Quilmes; Rosario; Mar del Plata; Berazategui y La Plata; Patotas vinculadas a funcionarios de Cambiemos en Lanús son solo algunos de los títulos que se pueden enumeras en un somero repaso superficial de la gestión de la alianza derechista en el poder y demuestran la devaluación de los valores republicanos que vivimos.
A poco de analizar no resulta del todo extraño que todo esto ocurra en un gobierno que se ha carcacterizado por incumplir todas sus promesas electorales hacia las mayorías y solo respeto e incluso incrementó las promesas y acciones que benefician a las minorías económicas.
Al Hambre cero le contrapuso decenas de miles de nuevos pobres y más de doscientos mil despedidos; a la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los sueldos le contrapuso aplicarlo sobre los aguinaldos; a la permanencia del fútbol para todos siguió la eliminación del programa, igual que la desfinancianción del PROCREAR y en breve del plan de consumo Ahora 12.
Como contrapartida eliminó las retenciones; libero la compra del dólar, previa megadevaluación que subió en treinta días a la moneda usamericana el mismo porcentaje que en los doce años anteriores; libero las importaciones destruyendo las pymes que cierran por miles; autorizó tarifazos de más del mil por ciento sin respetar la ley y logró imponer con la complicidad de parte de la oposición dos jueces clientes de Clarín en la Corte Suprema de Justicia, solo por nombrar algunas de sus medidas antipopulares.
Como contrapartida, esta alianza contranatura en la que se suman el hijo putativo de las dictaduras PRO, con el partido de la embajada ARI, la fuerza del neoesclavista Venegas FE y el centenario partido surgido de una revolución armada para derrocar a los mismos conservadores que hoy instalaron en el poder, la Unión Cívica Radical (o sus desechos en realidad, ya que no posee ni los seguidores ni las ideas de antaño con lo que podría llamarse de cualquier otra forma y no asombraría a nadie) se va olvidando cada vez más de la práctica del respeto democrático al disenso y la protesta y se va mimetizando cada vez más con un régimen semidictatorial como el que encabezó Juan María Bordaberry en Uruguay entre los años 1973 y 1976.
Con un sector de la justicia que responde de manera servil a los intereses de clase del gobierno y otro que es constantemente acosado cuando se apega a derecho; con la oposición y todos los sectores sociales que se niegan a obedecer mansamente a los caprichos y negocios - negociados del régimen acosada judicial y mediáticamente; con los sectores del periodismo que no les son adictos al gobierno estrangulados económicamente y la permanente demonización de todo lo que no sea idolatría del neoliberalismo salvaje y el anarcomercado.
En ese entorno social nos desenvolvemos hoy, sin demasiadas garantías de que mañana no seremos enjuiciados por alguna causa inventada por algún denunciador profesional, injuriados por las decenas de miles de trolls al servicio del gobierno y condenados ipso facto por los medios del poder que fungen como tribunal ad hoc.
Justamente en ese entorno es que debemos escuchar al heredero del patrón de estancia fusilador de la Patagonia decir que este es un gobierno progresista y que los tarifazos tienen consenso social; o al propio Prssidente inventando que su vehículo fue apedreado, para ser desmentido minutos después por el propio jefe de la policía diciendo que no era cierto.
En este marco, y desconociendo la realidad del desenvolvimiento democrático, desde la alianza conservadora consideran que toda acción de oposición política es una acción desestabilizadora y confunden un mandato democrático con una monarquía absolutista, pretendiendo que sus decisiones sean acatadas por la plebe como designios divinos.
Se trata de la misma fuerza que rejuntó legisladores de de todo color hace seis años para formar el Grupo A en el Congreso que impidiera gobernar al ejecutivo mediante el rechazo del presupuesto y que hace menos de un año anunció que no aprobaría los pliegos de ningún candidato a la Corte Suprema de Justicia aunque perteneciera a su sector.
Ese componente antidemocrático es el que nos gobierno, y no es raro entonces que en sus cuadros figuren apellidos tan notables como martínez de Hoz; Braun Menéndez o Massot y que además nos pretendan explicar a diario como se debe comportar el pueblo en democracia, aunque claro, con gruesas falencias, porque entienden poco de eso y nunca le prestaron atención.
