El exfuncionario relata en la misiva que el caso se descubrió luego de que un ciudadano tunecino interpusiera una denuncia por la quema de su vehículo en un incendio.
Tras abrir una línea de investigación, agrega Dajil, se llegó a la banda de delincuentes y se identificó a su cabecilla como el hombre de negocios judío Ilan Levi Alrakkah, cuya familia residía en los territorios ocupados de Palestina.
En su misiva, el antiguo responsable denuncia que la banda, que opera entre Túnez e Italia, está promoviendo el tráfico de drogas entre la élite de Túnez, incluidos empresarios, políticos y hasta algunos funcionarios de los servicios de seguridad.
Aun peor, Dajil sostiene que Alrakkah obtiene suculentos beneficios también de la explotación sexual y el tráfico de niños. La red organizaría fiestas nocturnas de las que no serían solo asiduos los propios empresarios y políticos mencionados, sino también sus hijos, a los que se ofrecen igualmente los servicios sexuales de los menores junto a toda una variedad de productos narcóticos.
Los objetivos de estas celebraciones nocturnas todavía no están claros, pero la investigación apunta a que, especialmente cuando implican al funcionariado de inteligencia tunecino, se llevan a cabo con la ayuda de un servicio de inteligencia extranjero, del que Dajil no especifica la nacionalidad.
Un caso similar a este se conoció en Colombia cuando, a finales de julio, la Fiscalía del país hispanoamericano solicitó una orden de arresto internacional contra un exsoldado israelí llamado Assi Ben-Moosh, que había sido deportado en noviembre pasado por estar involucrado en una red de tráfico de personas que promovía una combinación de turismo y pederastia.
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