En un mensaje con motivo del septuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el mandatario señaló que el respeto a la dignidad de las personas no es un deber exclusivo de los Estados, sino una obligación que apela a la conciencia de cada persona.
Tras apuntar que 'todos estamos llamados a ofrecer testimonio cotidiano concreto' en ese sentido, Mattarella expresó que lamentablemente existen aún en todo el mundo abusos, hechos de violencia y discriminación contra individuos y comunidades enteras, los cuales golpean con más fuerza a los más vulnerables.
El presidente aseveró que Italia seguirá comprometida con la promoción de una protección eficaz de las libertades fundamentales, 'sobre todo desde sus funciones como miembro del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas a partir de enero del próximo año'.
En tal sentido subrayó que 'la promoción de los derechos humanos constituye no sólo un imperativo ético y moral, sino un instrumento necesario para prevenir conflictos, construir sociedades estables e inclusivas y, por lo tanto, promover la paz, seguridad y desarrollo, de manera sostenible'.
PL
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