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(21/08/14 - Salud)-.Trabajar con la familia, podría ser un modo de pensar la salud mental en la infancia sobre todo en ese periodo tan vital e intenso como es el embarazo, parto y puerperio. ¿Cómo llegar a esas familias? La ley de “Maternidad segura centrada en la familia”, nos da un marco legal y una oportunidad imperdible para acompañar los tiempos tempranos de la constitución subjetiva. 

Quiero tomar el nombre de la ley: “Maternidad segura centrada en la familia”. Es aliviador que el centro deje de ser “la madre” y se pase a la maternidad, a la familia. Porque lo que se hace, es poner el acento en la función. Este descentramiento favorece a las mujeres, esas que van a parir, se las descentra para incluirlas. 

Como psicoanalistas bien podemos tomarnos esta libertad de leer en lo que se dice más de lo que se quiere decir. Inclusive en las leyes. Y me puse a pensar en qué momento aparecen las leyes, generalmente es en respuesta a algún malestar. Las leyes de los derechos del niño en la Argentina se sancionan en los 90, cuando los niños fueron expulsados a la calle. Parece una contradicción pero tiene su lógica. La cultura genera malestares y luego trata de acotarlos con leyes.

Y en este sentido pienso en qué momento aparece la fuerza para implementar esta ley, sancionada hace muchos años, con un gran interés en la interculturalidad y la inclusión inclusive de otras lenguas. Considero que aparece en un momento en que justamente, es lo que está en riesgo. Las distintas formas de violencias desatadas, los dolores por la precariedad, la falta de transmisión generacional de la cultura y dentro de ella la cultura del trabajo: la circulación abrumadora de tóxicos y las “cocinas de PACO”, usurpando el nombre “cocina”, ese destinado en nuestra cultura al lugar de la comida, el encuentro familiar: han deteriorado la trama familiar. ¿Qué se cocina hoy en algunas familias atravesadas por estos malestares?

Algo que venimos trabajando con las colegas de la Maternidad Estela de Carlotto, en el municipio de Moreno, son las diferencias significantes y sus significaciones posibles entre quien llega al parto sin haber consultado en su embarazo, quienes van a la salita, o, quienes van a la maternidad… “Ir a la maternidad” es para celebrar si se trata de adolescentes y jóvenes en riesgo que intentan alojarse bajo un significante que las aloje, esa es la tarea que nos incumbe como trabajadores de la salud mental, en ese lugar. En este tiempo.

¿Por qué un equipo de salud mental en una maternidad? Porque es una ocasión imperdible para atenuar malestares vinculares, para elaborar las propias infancias, para tramitar duelos por la madre que no hubo y poder construir alguna escena que las contenga. Porque la infancia no comienza en la escolarización que es cuando se suelen visibilizar todos los conflictos… ¿La infancia dónde comienza? ¿Y la salud mental? Las primeras marcas empiezan en la vida prenatal, el vínculo con la madre y el entorno, en las construcciones de relatos posibles para esa criatura, a partir de los relatos familiares: los dichos, los ocultos, los no sabidos.

Trabajar con la familia entonces, es prevención en salud mental en la infancia, desde las épocas tempranas, y no sólo. Lacan ubica el síntoma de la criatura en relación al fantasma de la madre, al síntoma de la pareja y a la estructura familiar, pero no de modo excluyente. Las cosas son más complejas. Hará a nuestro saber hacer como analistas el poder hacerles lugar con el psicoanálisis como herramienta. Inventando nuestros propios relatos de sostén como equipos. De la mano de talleres, grupos, entrevistas, caminatas, aire libre o “Barrio Adentro ”, eso no importa, lo que importa es alojarnos en su mundo para poder alojar.

“Ir a la toma”: Los niños de una toma de tierras. Una toma es un lugar donde la salud en general, de mano del estado, está ausente. La experiencia que realice con Propuesta Tatú , desde La Red , me permite pensar el tema de los dispositivos grupales y las construcciones de escenas como posibilitadores de lazos, de palabras, de intercambios. 

Las precarias condiciones de habitabilidad del lugar lo vuelven insoportable y angustiante, el trabajo en bajas condiciones de habitabilidad es difícil de pensar. Y estoy pensando en Winnicott y su concepto de ambiente facilitador. Es desde ahí, que creo, que la materia de habitabilidad la portamos nosotros en nuestro propio cuerpo y en nuestros objetos inmediatos: el auto, la mochila, los bolsillos. Suelo llevar un termo con té y galletitas, en varias ocasiones abrí la mochila y armé una escena. 

Construir estas otras escenas posibles con estos chicos, sin tratar de derrumbarles las propias, es abrir un espacio de prevención, de salud, de posibilidad para que puedan tomarse de nuestros objetos transicionales y enfrentar el mundo que les toca vivir, construir otros objetos que mediaticen sus pasiones. Armar nuevos relatos. Pero, para que esto transcurra y se construya, tuvimos que dejarnos habitar por este territorio. Tuvimos qué, en equipo, “ir a la toma”. 

Patricia y su niña débil mental. Ella se acerca después de varios encuentros de talleres, ¿escena de alojamiento? Consulta por “su” nena de 12 años, que nunca tuvo tratamiento. Dice que ahora que ella está mejor, va a ocuparse. ¿Y antes que paso? Vivió en la calle, le sacaron a sus hijos, se fue a un juzgado y con la ayuda de una asistente social fue tratando de recuperarlos, tomo una casa pero volvió a la calle. Finalmente se entera de la toma y siente que es su oportunidad, se suma, vuelve al juzgado y recupera a sus hijos. El desalojo es para ella volver a la calle, no hay otro lugar. 

La toma aparece entonces como posibilidad de tomar y tomarse. No duerme, vive en alerta, tiene 27 años, 4 hijos y camina dos horas para llegar a la escuela, allí comen. En una de las entrevistas dice: “mi vida tiene mucho quebranto” y se quiebra, su llanto es dolor sin lágrimas. Me llama mucho la atención esa palabra, es antigua, es delicada, es casi poética… para ella es propia, tal vez su ontogenia se hace presente allí. Trabajar el quebranto de esta muchacha produjo rápidamente alivio en su relación con las criaturas y de estas con su propio mundo, sus infancias…

A diferencia de lo que el imaginario psi suele instalar, el psicoanálisis, es una herramienta muy noble a la hora de pensar intervenciones que mejoren las condiciones de vida de la gente, desde nuestra función social de agentes de salud como Lic. en Psicología. ¿Qué es si no la atención libremente flotante? Es desde ahí que suelo sacar un termo con té y armar una escena. Una que me contenga para contener a ese otro, niño o adulto, en condiciones de vulnerabilidad que consulta desde su más inocente relación a la palabra…
Resumen
Trabajar con la familia, podría ser un modo de pensar la salud mental en la infancia sobre todo en ese periodo tan vital e intenso como es el embarazo, parto y puerperio. 

¿Cómo llegar a esas familias?

 La ley de “Maternidad segura centrada en la familia”, nos da un marco legal y una oportunidad imperdible para acompañar los tiempos tempranos de la constitución subjetiva. Como psicoanalistas bien podemos tomarnos esta libertad de leer en lo que se dice más de lo que se quiere decir. Inclusive en las leyes. Y me puse a pensar en qué momento aparecen las leyes, generalmente es en respuesta a algún malestar. 

Las leyes de los derechos del niño en la Argentina se sancionan en los 90, cuando los niños fueron expulsados a la calle. Parece una contradicción pero tiene su lógica. La cultura genera malestares y luego trata de acotarlos con leyes.

Y en este sentido pienso en qué momento aparece la fuerza para implementar esta ley, sancionada hace muchos años, con un gran interés en la interculturalidad y la inclusión inclusive de otras lenguas. Considero que aparece en un momento en que justamente, es lo que está en riesgo.
*Por Silvia Sisto

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