Desde los montes del noroeste argentino, las estepas patagónicas, las regiones selváticas de nuestra Mesopotamia, hasta la región pampeana y particularmente las regiones periurbanas de las grandes ciudades vienen siendo territorios de disputa por la tierra, entre agricultores familiares, campesinos, indígenas que habitan hace desde hace varias generaciones, y emergentes grupos empresariales especuladores.
Pequeños productores, tamberos, hortícolas, criadores porcinos mayoritariamente, aportan para los poblados y ciudades más cercanos sus productos de campo, con alimentos de la chacra a la mesa.
La etapa de crecimiento del país desde el 2003 en adelante marcó un cambio en el modelo de país que gracias a su expansión y al aumento del consumo, fruto de una mejora de la calidad de vida de los habitantes del país.
Sin embargo no puso freno a aquellos grupos especuladores de la tierra, que desde los años 90 han comenzado a poner en la mira a las tierras periurbanas, con gran aptitud productiva, para la construcción desmedida de barrios cerrados y countries.
Durante los últimos 40 años, el desarrollo urbano estuvo regido por el mercado inmobiliario, el cual ha aumentado considerablemente sus expectativas en la renta especulativa generando incrementos desmedidos en los valores del suelo. Utilizando por otra parte, recursos estatales para transformar la tierra rural en tierra de uso urbano, destinado a habitantes de gran poder adquisitivo.
El panorama es complejo, estas porciones en las márgenes de los partidos del conurbano con verdes arbolados y lejos de los tumultosos barrios, se comenzaron a valorar como oro para satisfacer la demanda de barrios privados y también de simples especuladores inmobiliarios que la reservan para un futuro no muy lejano loteos similares.
Las condiciones de informalidad en la tenencia de la tierra, por parte de los agricultores familiares de las zonas periféricas generan escenarios de vulneración de derechos expresados generalmente en desalojos violentos que se dan a partir de la disputa del territorio.
Los grupos especuladores y los desarrolladores urbanos de vivienda de alto estándar, buscan tierras cada vez más alejadas para crear nuevos emprendimientos, sin ningún tipo de control estatal, ni planificación. Generando la expulsión de los pequeños productores, impidiendo que desarrollen su tarea de producción de alimentos sanos, obligándolos a vivir a los márgenes de las ciudades, sin tierra y sin trabajo.
El SUR del conurbano Bonaerense
En los distritos de Esteban Echeverria, Florencio Varela, Berazategui, La Plata, San Vicente y Almirante Brown, por citar a algunos de los territorios con mayor presencia de agricultores familiares, esta situación viene mostrando la punta del iceberg con casos como el actual de la Familia Velazquez en Ministro Rivadavia del Partido de Almirante Brown.
Prácticamente el 75% de los agricultores familiares de estas zonas cuentan con la posesión por más de veinte años de la tierra en la que viven y trabajan, lo que ya los hace propietarios según la ley de Usucapión.
Hoy en día es muy común que varias de las inmobiliarias locales presenten avisos de venta de lotes y campos en los que sus habitantes ni siquiera están enterados que su tierra figura en la cartera de algún especulador inmobiliario.
Defendemos el modelo de producción y de vida de la Agricultura Familiar Campesina en el periurbano, porque genera arraigo, protege el ambiente siendo estas tierras verdaderos pulmones de la ciudad. Proveen alimentos sanos, frescos y variados, y generan por si mismos trabajo digno y distribución equitativa de los ingresos.
Para que este modelo de desarrollo basado en el arraigo y el trabajo en el campo se empodere, se requiere primero de la decisión política para protección y el fomento de la actividad generando de un territorio de protección y fomento de la Agricultura Familiar en todo el espacio rural del Partido de Alte. Brown. A su vez se deben generar, políticas públicas con herramientas concretas de comercialización y valor agregado en origen e inversiones en infraestructura rural, que mejoren las condicione del sector reparando décadas de abandono e indiferencia por parte del estado.
El Modelo de la especulación Inmobiliaria y del agronegocio va generando que desaparezcan las chacras de producción de alimentos, en torno a a los barrios de Almirante Brown, trayendo como consecuencia que la gente de los pueblos compre sus verduras de lugares a enormes distancias de sus casas cuando antes la tenía a pocas cuadras, teniendo que pagar costos cada vez más elevados.
Genera que las ciudades cada vez más grandes, tengan problemas también cada vez más grandes, llevando como contracara el crecimiento de cordones periféricos de pobreza. Ciudades excluyentes, campos inmensos y trabajadores sin tierra para trabajar.
Justicia para la Familia Velázquez
Si nos tocan a uno, nos tocan a todos
No a la especulación inmobiliaria y al agronegocio
La tierra para quien la trabaja
Somos tierra para alimentar a los pueblos
