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» » "No soy un hijo de puta"

(29/08/15  - Opinión, *Por Hugo delgado)-.Lucas llora, se quiebra, dice que siente culpa y con un gesto perfectamente humano y dolorido reconoce que la mayor pérdida es la de los padres y familiares de los pibes que mató, pero que "él se arruinó la vida".

Quizás sea verdad... o quizás no, si la justicia le cree o hace como que le cree tendrá una pena máxima de cinco años que por "buena conducta" (y estos chicos siempre tienen buena conducta) puede reducir a dos tercios de reclusión, es decir... un par de añitos de su vida.

Claro Jacobo y Viviana  no tendrán ninguna vida por delante, pese a que tenían veintiún y veinticinco años respectivamente, ni arruinada ni lujosa, ni de ninguna otra manera, porque una madrugada Lucas, a bordo de un coche de alta gama, uno que ni Jacobo ni Viviana imaginaron jamás poder comprarse en su vida de pibes laburantes, los revoleó (no es ninguna metáfora) por el aire cuando cruzaban un semáforo.

Me tocó acompañar a los padres cuando hicieron marchas reclamando justicia y vi sus rostros inmensamente dolidos. Viviana y Jacobo trabajaban juntos y volvían de su trabajo; la motocicleta iba a 36 kilómetros por hora; Lucas nunca frenó, en cambio estabilizó el auto y cuando se detuvo a doscientos metros se dio a la fuga a pie.

Las preguntas que quedan en medio son muchas, quizás demasiadas y todas arrojan dudas y hasta certezas sobre la intencionalidad de Lucas. 
¿Por qué se dio a la fuga?
¿No pensó en socorrer a las personas que atropelló?
¿No le pareció prudente frenar cuando los vio?
¿Sabía que las luces rojas de los semáforos son para frenar?
¿Había ingerido alcohol o drogas y por eso esperó algunas horas para entregarse?

¿intentó que alguien más cargara con su responsabilidad y por eso se dio a la fuga?

es cierto que muchas de estas preguntas suenan realmente parciales en cuanto a la inocencia de Lucas, pero, ¿se puede ser imparcial?

Es decir, alguien, cualquier alguien, persona de bien, educada en el respeto por el prójimo que para en la ruta si ve un accidente o pregunta a una persona que está con su auto detenido al costado del camino si necesita ayuda ¿puede ser imparcial ante un tipo que levantó por el aire a dos personas y no tuvo la menor intención de parar a ver como estaban?

¿Se puede ser imparcial por quien desprecia la vida? 

Lucas, quebrado, llorando, relatan las crónicas que reconoció que la pérdida mayor es la de los familiares de las víctimas, de sus víctimas, y luego dijo que él también arruinó su vida.

Rebobinemos, quienes más perdieron no fueron los familiares de Viviana y Jacobo, sino Viviana y jacobo, que perdieron la vida y luego los familiares que arrastran el dolor de una muerte idiota, injusta, evitable.

Que me disculpe Lucas pero su vida a esta altura es cuando menos irritante para quienes sentimos que se robo dos vidas, y no solo eso sino que además después se dio a la fuga. No solo porque su vida no se arruinó, sino porque en todo caso lo hizo el mismo, pero además porque no se está realizando una competencia de dolores sino administrando justicia y el no es inocente en este entramado.

Su vida estaba arruinada desde el momento mismo en que asumió, con total desprecio por la sociedad de la que forma parte que podía pasar un semáforo en rojo a más de cien kilómetros por hora; su vida estaba arruinada desde antes de quitarle la vida a dos pibes que venían de laburar porque la ruindad de su vida se da por su forma de pensar, no por los resultados, lógicos por otro lado, de su forma de pensar.

La sociedad argentina necesita que de una vez por todas la justicia comience a ser para todos; un pibe que chorea un celular para comprar un pebete de jamón y queso o paco jamás diría en un tribunal "mi vida también se arruinó", ese pibe sabe que es así pero que igual será juzgado, no espera indulgencia de la justicia porque siempre estuvo del lado del mostrador que recibe los sopapos; debemos comenzar a establecer equidad en la justicia y los crímenes cometidos manejando un vehículo deben ser castigados como corresponde para que en muchos hogares pueda haber paz, la paz que brinda la justicia como cierre de un hecho terrible.

Justicia para los que sufren la terrible pérdida de un celular y también los que sufren la pérdida de la vida a manos de un conductor desaprensivo.

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