“La opinión dentro del hospital es que ese ataque tenía la intención de matar y destruir”, como lo demuestran los disparos, hechos probablemente desde un avión "(contra) gente que intentaba huir del hospital", ha afirmado este jueves el director general de MSF, Christopher Stokes, en una rueda de prensa celebrada en Kabul, capital de Afganistán, en la que presentó los resultados de una investigación interna de la organización.
La opinión dentro del hospital es que ese ataque tenía la intención de matar y destruir”, ha afirmado el director general de Médicos Sin Fronteras, Christopher Stokes.
Según el documento, los bombardeos se iniciaron "entre las 2h00 y las 2h08 de la mañana" y duraron aproximadamente una hora, mientras “el hospital estaba en plena actividad" atendiendo a víctimas de los enfrentamientos entre insurgentes talibanes y militares afganos por el control de Kunduz.
Asimismo, subraya que no había “combatientes armados ni combates, ni dentro del terreno del hospital ni desde él”, de acuerdo con los testimonios, las fotografías, las grabaciones de conversaciones telefónicas y demás material revisado para el estudio.
MSF insiste en reclamar una investigación independiente que determine si el centro “perdió su estatus de protegido a los ojos de las fuerzas militares implicadas en el ataque y por qué”.
“Todavía no sabemos qué pasó en las diferentes cadenas de mando”, ha asegurado Stokes, antes de recalcar que, si hubo un error, MSF quiere conocer “quién tomó la decisión final, designó como objetivo el hospital y dio la orden” de ataque.
Aviones de combate estadounidenses atacaron el pasado 3 de octubre un hospital de MSF en la ciudad afgana de Kunduz.
En el bombardeo, al menos 30 personas, entre ellas 13 miembros del personal de MSF, perdieron la vida y 27 trabajadores de la organización y varios pacientes resultaron heridos.
Estados Unidos trató de justificar su ataque aéreo al hospital con el pretexto de que en el lugar se habían refugiado talibanes, alegato desmentido de inmediato por MSF.
