La otrora ilusión sexual de los argentinos arremetió contra los trabajadores que reclaman derechos, así como alguna vez supo reclamar pena de muerte para el ladrón de uno de sus peluqueros y por supuesto ignorar las decenas de miles de torturas, asesinatos y desapariciones de la dictadura cívico militar.
Si hay una diva de la televisión argentina que gusta de, cada tanto, lanzar crudas frases a favor de la mano dura, ésa es Susana Giménez, como por ejemplo con el recordado "el que mata tiene que morir".
Es tan así su hábito, que ni siquiera ahorró sus ideas al respecto al ser premiada por el gobierno porteño en la Legislatura como "ciudadana ilustre", ya que aprovechó su discurso para lanzar un fuerte pedido de represión contra los trabajadores y los piquetes que realizaron en el centro diferentes gremios para manifestarse en contra de la reforma laboral y previsional.
La respuesta del público incluyó risas y aplausos, pero también una incómoda reacción del vicejefe de Gabinete, Diego Santilli, que le dijo algo por lo bajo a la presentadora de televisión y obtuvo una insistente respuesta por parte de la diva: "No es mentira, es la verdad, es lo que pienso. No porque no puedan protestar, porque la gente que iba a trabajar estaba como loca".