El ex canciller y periodista Héctor Timerman publicó un artículo en el New York Times donde relata la situación que atraviesa por el fallo del juez Claudio Bonadio de condenarlo por "traición a la Patria" en base a la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman quien acusaba al canciller de complotar con Irán para encubrir a los responsables del atentado a la AMIA.
"Escribo estas líneas desde mi casa, donde los tribunales me han confinado durante más de una semana. Soy un prisionero político. Un juez argentino me acusó de traición y de encubrir a funcionarios iraníes acusados de ser el cerebro del ataque terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, o AMIA, el principal centro judío de Buenos Aires, en el que murieron 85 personas y 300 resultaron heridas. Veintitrés años después del ataque, nadie ha sido condenado y se han establecido pocos hechos aparte de los que ocurrieron", relata el exministro de Relaciones Exteriores entre 2010 y 2015.
En la carta Timerman señala que Bonadio "en 1994 (poco antes del ataque de AMIA), el Sr. Corach lo promovió a la judicatura federal. Obtuvo el puesto sin pasar por una competencia con otros candidatos, como es el procedimiento en Argentina. En 2005, las autoridades judiciales lo separaron del primer juicio que investigaba el encubrimiento del caso AMIA, por haber mantenido el caso paralizado durante cinco años. Uno de los acusados fue el Sr. Corach".
En otro de los pasajes alerta que "desde que Mauricio Macri asumió la presidencia a fines de 2015, el Sr. Bonadio ha logrado encabezar la mayoría de los casos contra la Sra. Fernández de Kirchner y ha encarcelado a varios de sus ex funcionarios en prisión preventiva".
"He pedido ser juzgado lo más rápido posible. Impedirme recibir atención médica oportuna es como condenarme a muerte. La Constitución de Argentina no permite la pena de muerte. Pero con un juez como este, eso es poca garantía", concluye.