Dos importantes senadores del gobernante partido Republicano de Estados Unidos, tras recibir información de primera mano de la directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), Gina Haspel, han insistido este martes en que no tienen “ninguna duda” de que el heredero a la corona saudí fue “cómplice” del asesinato de Khashoggi.
De este modo, frente a la posición del presidente estadounidense, Donald Trump, los republicanos Bob Corker (foto), presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Lindsey Graham, un aliado de Trump en la Cámara alta, aducen que existen pruebas abrumadoras de la implicación del Bin Salman en el asesinato de Khashoggi.
“No tengo ninguna duda de que el príncipe heredero dirigió el asesinato y se mantuvo al tanto de la situación”, ha declarado Corker a los periodistas tras una reunión a puerta cerrada con Haspel.
Además, Corker fue rotundo al indicar que “Si MBS [Muhamad bin Salman] estuviera frente a un jurado, sería condenado en menos de 30 minutos”.
Por su parte, Graham, que insta a Trump a tomar una postura mucho más dura contra Riad sobre el asesinato del columnista, coincide con su colega de partido sobre que el príncipe heredero es “cómplice del asesinato del señor Khashoggi al más alto nivel posible”.
El columnista del diario estadounidense The Washington Post murió asesinado el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul (Turquía).
Según reveló el diario donde colaboraba Khashoggi, los resultados de las investigaciones de la CIA sobre su asesinato concluían que el príncipe heredero saudí ordenó casi con toda seguridad matar al periodista crítico con la monarquía de los Al Saud y envió a varios de sus agentes para realizar la tarea.
El historial del príncipe heredero saudí es realmente negro, pero el asesinato del columnista opositor es el que más proyección internacional ha tenido. Bin Salman también es responsable de la agresión saudí a Yemen y del secuestro en 2017 de Saad Hariri.
No hay comentarios: