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» » Je Suis Inmigrante

(26/04/15 - Editorial, Por Hugo Delgado)-.La sociedad, nuestra sociedad, una sociedad global, enferma de cinismo e hipocresía; globalmente enferma, con anticuerpos militantes laborando infatigablemente contra la codicia, la miseria humana, el egoísmo, pero sobre todo el cinismo y la hipocresía, es cierto, pero aún así enferma, gravemente enferma.

El avance de la tecnología impide en la actualidad la salida fácil del cínico, del cómplice por omisión que tanto se repitió hasta la masificación de internet, sin ir más lejos en la última dictadura cívico - militar que vivimos, cuando quienes elegían mirar para otro lado decían "yo no sabía nada".

Hoy ya nadie puede alegar ignorancia en una sociedad en la que todo se hace público, incluso como una forma de propaganda política, por ejemplo el ISIS publicitando en internet sus despiadadas acciones punitivas contra enemigos o neutrales en las decapitaciones masivas.

En esta sociedad donde por fortuna una gran parte ha tomado conciencia de que la única salida es la acción solidaria, la comunidad solidaria, aún queda un sector importante que sigue acumulando más capital del que podría hacer uso en mil vidas, verdaderos esclavos de sus propias fortunas, Paul Singer es quizás uno de los más acabados ejemplos al respecto.

Ese sector, muy minoritario, tanto que de no ser por la complicidad de "idiotas útiles", como les gustaba a estos mismos sectores llamar a los militantes en otra época, serían un sector insignificante de la sociedad sin posibilidad de ningún tipo de presión.

Sin embargo saben hacer un muy buen uso de la codicia, la avaricia y la falsa competitividad, que no es otra cosa que el egoísmo, de un sector considerable de nuestra sociedad .

Esos sectores son los que marcharon por las calles cuando la famosa Resolución 125 al grito de "todos somos el campo" cuando en muchos casos ni siquiera tenían una maceta con un geranio en su balcón; Son los que se armaron de un paraguas y salieron a decir "Je suis Nisman" y antes "Je suis Charly".

Son sectores que se rasgan las vestiduras por hechos que afectan a sectores minoritarios o privilegiados, o cuya problemática es alentada como defendible por estos sectores minoritarios.

No vamos a hablar de Charly Hebdo, del atentado de bandera, de la adquisición del semanario quebrado un mes antes del bombazo por la familia Rothschild, ni de lo burdo que fue el accionar policial, baleando a perejiles o alcahuetes de los servicios franceses, esto aún no quedó totalmente aclarado.

No vamos a hablar de Nisman, ni de sus secretarias, ni de su camioneta, ni de su cuenta en el exterior, ni de sus conexiones con el Mossad y la CiA, ni de sus actos de cohecho, ni de ninguna otra cosa vinculada a él.

Vamos a poner el acento en otros detalles pequeños, a veces casi insignificantes. Hablaremos de aquellas personas que solidarizan con hechos que son graves, pero que consideran que arrancándose las vestiduras en su perfil de facebook ya han contribuido con la humanidad; o de las otras que denigran a quienes maltratan a un animal, pero miran con asco al pibe que le pide una moneda en la calle o le ofrece una estampita.

Porque allí está la cura de nuestra sociedad, es en ese sector donde debemos buscar la redención; machacar, discutir, alentar, fomentar todo tipo de ntercambio de ideas para posibilitar su crecimiento.

Por estos días cientos de migrantes africanos que huían de las consecuencias de siglos de saqueo de sus tierras por las potencias coloniales han sido noticia al morir en pleno mar cuando buscaban una mazmorra europea por su condición de inmigrantes ilegales.

Sin embargo ninguna señora de recoleta salió salió a decir Je suis African@ o Je suis inmigrante; y ningún gobierno conservador de Europa, de la vieja Europa que no dejó escapar la posibilidad del auto atentado a Charly hebdo para demonisar al islam marchó por los emigrantes africanos.

Emigrantes que reflejan una cruda situación social generada por la expoliación de naciones "serias" como Alemania, Holanda, Bélgica, Inglaterra, España, Italia y Portugal, solo por nombrar algunas; que comenzaron secuestrando a sus habitantes y vendiéndolos como esclavos y continuaron explotando sus riquezas de todos tipo, oro, plata, diamantes y cuanto pueda imaginarse.

Emigrantes que saben marchan no solo al riesgo de una muerte más o menos segura en el mar, sino a una prisión si es que tienen suerte; sin embargo allí van, en muchos casos con sus pequeños hijos, ¿pensó alguna vez que horror deben vivir para, no solo abandonar su patria sino además exponer a sus hijos a semejante peligro?

En definitiva estamos solos, luchando como quijotes contra molinos gigantes y poderosos, en una pelea desigual y de difícil definición positiva a nuestro favor, pero sin embargo seguimos peleando, porque a pesar de estar solos, somos muchos y aunque muchos caigamos en el camino, cada vez somos más.

Somos más los que nos indignamos ante la injusticia, los que nos negamos a callar ante la arbitrariedad, los que estamos dispuestos a decir basta y correr riesgos. Cada vez somos más los que no respondemos a los cantos del sistema del sálvese quien pueda del sistema y tengo la certeza de que somos cientos, miles, millones, los que nunca diríamos "Je suis Nisman" pero nos sentimos compañeros en la desdicha de quienes cruzan el Mediterrráneo en una lancha para sufrir un poco menos, aún a riesgo de morir en el intento, los que que sin dudarlo ni sacarnos una selfie con una pancarta sentimos que somos inmigrantes.

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