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» » Utilizarán plantas que capturan metales pesados en sus raíces para bajar la contaminación

(20/05/15 - Saneamiento del Riachuelo)-.Científicos y especialistas de la Universidad de Flores (UFLO) pondrán en marcha mañana un plan de manejo y gestión de los ambientes ribereños en la cuenca inferior del Richuelo a partir del uso de especies vegetales nativas que tienen capacidad de capturar metales pesados en sus raíces y colaborar, así, con el objetivo de reducir los niveles de contaminación.
 
Se trata de una iniciativa basada en la fito-remediación, un sistema innovador que permite la mitigación de la contaminación tanto en ambientes acuáticos como terrestres, dijeron voceros de esa institución educativa.

"La cuenca inferior del río Matanza-Riachuelo, que separa la Ciudad de Buenos Aires de la provincia, es uno de los diez lugares más contaminados del mundo, con contaminación de aguas y de gases tóxicos que afectan directamente a 20.000 personas que viven cerca del río", explicó a Télam el director del proyecto, Sebastián Miguel.

La iniciativa, que comienza mañana pero oficialmente se pondrá en marcha el viernes con un acto a realizarse en la inmediaciones del Puente Alsina, es el resultado de un convenio firmado a principios de 2015 entre la UFLO y la Agencia de Protección Ambiental del gobierno porteño.

La Ciudad integra, junto a la Nación y a la Provincia de Buenos Aires, la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), el organismo encargado de llevar adelante y coordinar el proceso de limpieza de ese curso de agua que presenta una extensión de 64 kilómetros entre el municipio bonaerense de Cañuelas y la desembocadura, en el barrio porteño de La Boca.

El saneamiento de la cuenca responde, además, a un fallo emitido en 2008 por la Corte Suprema de Justicia, que en el marco de la denominada Causa Mendoza, ordenó la instrumentación de acciones coordinadas para mejorar las condiciones ambientales y de salud de los habitantes ribereños.

En este encuadre, la Facultad de Ingeniería y el Laboratorio Bio-Ambiental de Diseño-Arquitectura de la UFLO, desarrollaron una técnica de plantación y multiplicación de especies seleccionadas denominada biorrollos.

"Ésta técnica consiste en la construcción y desarrollo de soportes y estructuras para alojar las especies vegetales", explicó Miguel, y dijo que para ello "se utilizan rollos de aproximadamente un metro de largo por veinte centímetros de diámetro, materializados por medio de textiles de trama abierta degradables y se rellenan con materiales vegetales de poda y hojas de palmera".

"En esos rollos -señaló- se plantan y alojan las especies seleccionadas que una vez que enraízan dentro de los rollos, son llevados al territorio para ser fijados en la costa. De este modo se garantiza que las plantas colocadas en los bordes de la ribera prosperen, se fijen y enraícen de manera segura", acotó.

El especialista dijo, además, que algunos estudios que acompañan el proyecto "han determinado la presencia de plantas tolerantes a los elevados niveles de metales pesados presentes en las riberas de la Cuenca Baja, siendo además acumuladoras de cobre, zinc, cromo y plomo".

Miguel manifestó que en el marco del proyecto se realizó el relevamiento de seis puntos con el objetivo de determinar los posibles sitios de intervención, donde se realizarán las pruebas piloto para determinar el comportamiento de las plantas seleccionadas.

Entre las especies utilizadas por su capacidad de retener metales pesados se cuentan la Sagitaria montevidensis (Saeta), Schoenoplectus californicus (Junco) y Echinodorus grandiflorus (Cucharero), entre otras.

"Las especies capturan en sus raíces metales pesados y eso se pudo comprobar en plantas que ya existen en algunos lugares de la ribera y que son las mismas que vamos a utilizar nosotros", apuntó Miguel, y agregó que los estudios realizados demuestran que son las raíces las que absorben los metales pesados en tanto que a las hojas solo llegan concentraciones "muy pequeñas" de estos metales.

En una primera etapa, que comenzará mañana, se colocarán 60 rollos con plantas, además de árboles como el ceibo y el sauce criollo que también cumplen las misma función, en un espacio ribereño de 100 por 20 metros cercano al puente Alsina, en el barrio porteño de Pompeya.

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