Jóvenes, si, pero carcomidos por la peor de las esencias de la política, hasta el punto de celebrar la persecución estatal de militantes sociales, el armado de causas y mirar para otro lado ante la violación de los derechos estatuidos por la Constitución Nacional y la conformación de una justicia adicta.
En eso se han vuelto estos pibes que alguna vez se reivindicaban como "el changuicacerismo para América Latina" y seguramente hoy miran con desprecio a los migrantes latinoamericanos.
Estos pibes que no pueden ser sino el vómito descompuesto de Leandro Alem, aquel que dijo "que se rompa pero que no se doble", aunque, claro, nunca habló de arrodillarse porque no figuraba siquiera como posibilidad en su imaginación y allí encontraron sus sucesores el resquicio.
Estos ancianos veinteañeros señalan desde un video que publicaron que “los valores republicanos son fundamentales para que las democracias sean reales”, pero estos pobres pibes viejos se hacen los giles ante el copamiento de la Corte Suprema de Justicia provincial por sus correligionarios, y muchos más los boludos cuando olvidan señalar que su régimen provincial y su justicia partidaria condenaron a Milagro Sala por "protestar", algo garantizado en la Constitución Nacional.
Estos pibitos, que cuando hablan parecen personajes de la serie Walking Dead, olvidan también que ese régimen, que tiene cada vez menos de democrático, reprimió legisladores nacionales invitados a una jornada de la justicia provincial y que, incluso, uno de los pitecantropus que integra el gabinete justificó la violencia contra una mujer, además legisladora nacional.
“Vamos a enfrentar a los que vaciaron al estado”, dicen solemnes...
¡¿Lo que?! cabría preguntarse si todo su discurso no fuera más que una desagradable obra de ficción cínica en la cual los protagonistas parecen ser los emergentes de un mal viaje...
Ellos, que apoyan un gobierno formado por lo más rancio de la derecha cavernícola local, con un gabinete que es un verdadero seleccionado de transilvania en el cual destacan hijos y nietos de genocidas, dictadores, fusiladores y otras yerbas por el estilo.
Ellos, que apoyan un gobierno que se reúne con la juventud neonazi en la Casa Rosada.
Ellos...
Como corolario niegan la realidad, como si su palabra valiera más que un pañuelo descartable usado, diciendo: “No nos confundamos, en Jujuy no hay presos políticos”, y en realidad le dicen que están confundidos a las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Aministía Internacional, la Organización Robert Kennedy para los Derechos Humanos y todos los organismos de DD HH del país.
Pero claro, "no nos confundamos"... Tratamos a estos precoces ancianos como seres pensantes y en realidad políticamente no son otra cosa que los personajes de la serie que antes mencionamos, porque deberíamos tener claro y no confundirnos que la Unión Cívica Radical murió el día en que sus dirigentes se unieron a aquellos herederos del "fraude patriótico" para el que nacieron a la vida política en aquella Revolución del Parque para llevarlos, por primera vez en la historia de la Patria, a la Presidencia de la nación sin necesidad de fraudes ni golpes de estado.
Hugo Delgado
