Más allá que su marketing y su prensa los intente presentar como la "derecha moderna" ilustres apellidos de la reacción nacional debieran dejar a las claras de la opinión píblica que la cosa no es así.
Martínez, de Hoz; Lanusse, Braun Menendez, Blaquier son solo algunos de los nombres de la aristocracia facha que alimentan las filas de cuadros políticos del PRO.
En su ciega campaña de desprestigio, incluso desde las filas de esta nueva versión de la derecha, que es la misma derecha del fraude electoral del Siglo XIX; de la Década Infame del Siglo XX y más acá de los Alsogaray, Videla, Menem, Martínez de Hoz, Cavallo y De La Rua, llega incluso a dar mensajes contradictorios en un mismo supuesto mensaje.
Así posaron para este Día de la Memoria con dos carteles, uno diciendo que "los DDHH no tiene dueño" y otro, en el mismo instante, otro diciendo "nunca mas a los negociados con los DDHH - nunca más a la interrupción del orden democrático" con un funcionario de la dictadura entre los que sostenían los carteles.
Este es el caso de Héctor "Pirincho" Roquel, intendente (interventor municipal, en realidad) de Piedra Buena durante la última dictadura cívico militar y luego de Río Gallegos en democracia.
Roquel gobernó Piedra buena entre 1981 y 1983 cuando el poder permanecía en mando de la junta militar. En octubre de 2015 fue electo diputado nacional por la provincia en que fue intendente.
De orígen radical, Roquel se sumó a las filas de Cambiemos, en donde rápidamente lo premiaron con una banca en el Congreso nacional, desde la cual hoy tiene el descaro de hablar de los Derechos Humanos.
Aunque esto, en realidad, debería ser algo que no nos asombrara ya que en el marco de esta "nueva derecha", nueva solo en su discurso publicitario, un discurso que ni siquiera logra sostener en sus palabras, las mejores familias de las peores dictaduras se sientan a comer a la mesa del poder político nacional.
H. D.
