Como era lógico, al aproximarse al quince por ciento de desocupación que, si todo les sale bien alcanzarán en el año próximo, el siguiente paso de la tablita neoliberal es la desregulación de la actividad laboral y la destrucción de los beneficios y leyes que protegen a los trabajadores.
El ministro de Producción y Trabajo opinó que en el país "hay un exceso de regulaciones y de penalizaciones que terminan impidiendo las nuevas formas de contratación" y adelantó que el año próximo el Gobierno volverá a impulsar la reforma laboral en el Congreso de la Nación.
Según el funcionario, la reforma de un paquete de leyes que flexibilice las condiciones laborales para darle una "competitividad" a la economía "es más importante para los trabajadores que para los empresarios".
"Vamos a impulsar la reforma laboral. Continuaremos con el diálogo con la CGT y con los sectores empresariales para bajar los costos extrasalariales que nos quitan competitividad", sostuvo en declaraciones a La Nación..
"Hay que tener una discusión sin prejuicios y mirar la realidad de los números entre el sector privado, los empresarios, los trabajadores y el Gobierno para empezar a discutir las nuevas formas de relacionarnos en términos laborales", sostuvo.
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