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» » El ritual de agradecer a la Madre Tierra

(02/08/14)-.El comienzo de agosto llega cada vez de manera mas masiva a los argentinos con el ritual de agradecimientos de los pueblos originarios a la Madre Tierra, la Pachamama, y su mensaje contra la codicia, el egoísmo, la avaricia y la especulación como un soplo fresco en medio de una sociedad que busca renovarse cada día más justa y solidaria. En esta nota su significado y los distintos festejos.

Alguien dijo alguna vez que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos. Esta frase encierra una cuota de verdad, ya que alude a los millones de inmigrantes que abandonaron su países de origen a causa del hambre o la persecución política, religiosa o cultural, y acudieron al llamado de las elites que gobernaban la Argentina a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Sin embargo, esta suposición desconoce una parte importante de la historia.

Esta historia se remonta a miles de años atrás, cuando el territorio de la actual República Argentina estaba ocupado y controlado por una gran cantidad y variedad de grupos indígenas, cada uno con su cultura y su particular cosmovisión.

Para pedir lo justo y devolver lo necesario

A pesar de que oficialmente no es feriado ni está en rojo en los almanaques, el primer día de agosto es un día festivo en gran parte del noroeste argentino y en Bolivia. Este día marca el fin de la época seca; los pastores y agricultores le piden permiso respetuosamente a la Pacha, la Madre Tierra que da la vida, para abrirla y sembrarla. 

Ese día la Pacha se encuentra lista para recibir los regalos de sus hijos: las mejores comidas, la chicha, el vino, el alcohol, la coca y los cigarros para que fume.

En los pueblos la gente se prepara con antelación para la fiesta, y la noche anterior, nadie trabaja. Muchos chicos faltan a la escuela para colaborar con los mayores en los preparativos: juntan leña, o ayudan a preparar las bebidas y comidas.

Al despertar: ¡a sahumar la casa!

Los lugareños, apenas se levantan, realizan el sahumado de las casas: con un hornillo o un incensario se disponen a "limpiar" toda la vivienda, que debe estar desocupada. ¡Así se espera espantar a los malos espíritus y alejar las enfermedades!

Cuando es posible se queman hierbas como khoa o muña-muña, que producen un humo con un olor intenso. Entonces ese día, el humo azul que sale de cada casa 

Al atardecer: la señalada

En agosto, igual que el primer día de carnaval o el primer día de año nuevo, la Pacha permite señalar a las ovejas y cabras. 

Por la tarde, las familias se dirigen a los corrales. Las mujeres se ubican en una esquina del corral. Una de ellas pide que el año siguiente la Pacha se acuerde de ellos y les dé muchos cabritos. 

Después comienza la enflorada: el momento de colocar pompones de colores a los animales. Finalmente, el encargado de señalar los animales saca una navaja filosa y hace pequeños cortes en los bordes de las orejas de cabras y ovejas. 

Cada familia tiene se propia marca. ¡Así cada uno puede reconocer a sus animales cuando andan mezclados por los cerros!

El pozo y la corpachada

Cuando se acerca el 1° de agosto, muchas familias disponen en su casa algún lugar especial, sagrado, para realizar la ceremonia de homenaje a la Pachamama. 

En la medianoche del 31 de julio, o antes de clarear el día, se cava un pozo en el lugar elegido para brindar los regalos a la tierra. 

Es la corpachada. Allí se colocan las "primicias" de la comida preparada para ofrendar a la Pacha: un poco de chicha, hojas de coca, cigarrillos encendidos que se clavan en la tierra, trocitos de lana de alpaca coloreada. 

Nunca debe faltar algo rojo, ¡es el color preferido de la Pacha! Son regalitos que se le hacen a la tierra para agradecerle por todo lo que la tierra da.

La Pachamama fue honrada en el Cabildo de Buenos Aires

El homenaje que todos los años para el 1 de agosto le brindan las comunidades del mundo andino, transformó el paisaje de ese monumento histórico porteño en un banquete ancestral y abierto al público.

La ceremonia comenzó a las 12 en torno a un hoyo que los residentes de Bolivia en Argentina, convocados por la Embajada de ese país, cavaron en la tierra que tiene el edificio histórico, en el contorno del predio, ubicado en el casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires.

"El Cabildo de Buenos Aires es por primera vez hoy el lugar elegido para mostrar respeto por la madre tierra y renovar la promesa de cuidar el equilibrio de la naturaleza", dijo a Télam Liborio Florez Enriquez, embajador de Bolivia en Argentina.

Argentina y Bolivia, añadió el embajador, "han nacido de un mismo vientre y han tenido héroes en común que han luchado por la independencia. Estamos hoy aquí por primera vez celebrando nuestra Pachamama, qué mejor lugar que este monumento histórico para hacerlo".

Tras la ceremonia, que consistió en echar en el hoyo alimentos, hojas de coca, chicha y objetos que representan todo lo valioso que las personas consiguieron tener en este último tiempo, los celebrantes se acercaron al banquete, que llaman "aptapi".

"El aptapi es una larga mesa con alimentos andinos que se ofrecen a los que se acercan a celebrar la Pachamama", dijo a Télam Norma Andía, presidenta de la primera federación boliviana en Argentina.

Atraídos por la melodía de los sikus y las quenas de una banda que acompañó la ceremonia y el perfume de las hierbas que sahumaban la tierra, decenas de personas se acercaron al banquete, donde abundaban papines, pescado, mote, chuño, chicharrón, huevos caseros, maíz y quinoa, el alimento ancestral andino.

La mayor parte de los celebrantes eran integrantes de organizaciones de residentes y de cooperativas de producción,  muchas de ellas frutihortícolas de la provincia de Buenos Aires.

Oscar Velazco, presidente de una de esas asociaciones ubicada en Moreno, dijo a Télam que "significa mucho para nosotros estar aquí con nuestra ceremonia sagrada compartiendo con el pueblo argentino, a quien le estamos agradecidos".

Entremezclados con los celebrantes, compartieron la mesa familias que recorrían la ciudad de Buenos Aires, con motivo de las vacaciones de invierno.

"Conozco la Pachamama. Me lo enseñaron en la escuela", contó a Télam Sabrina, una cordobesa de 12 años, que vacaciona junto a su mamá y hermanos.

Para los barceloneses, Rita y Julián, "la fiesta que se hizo en este Cabildo, que sabemos es el lugar donde se formó el primer gobierno patrio, es de Bolivia, un país limítrofe de Argentina".

"Es que Argentina es America del Sur y en esta región hay una interesante integración cultural", reflexionó Evgeny, un estudiante de física ruso, de 29 años, que confesó -en un tímido inglés- haber disfrutado de la celebración.

El turista ruso dijo que aprecia "mucho todo lo que es América del Sur. Lo que ocurre acá es muy interesante. Las creencias de cada lugar están muy vivas", completó.

Para Janet Mariscal, residente boliviana en Argentina desde hace 20 años, "la Pachamama nos enseña algo que no deberíamos olvidar: la vida en comunidad".

"En estos momentos tan dificiles para el mundo, recordemos que cuando se arma el `aptapi`, nadie puede quedar afuera. La madre tierra nos enseña que honrarla pasa por unirnos y ser solidarios", convocó.

La Pachamama recibió el homenaje de sus hijos en Salta


Con el objetivo de fortalecer la identidad cultural de los pueblos andinos, como cada 1º de agosto se llevó a cabo la tradicional celebración ancestral por el día de la Pachamama


La Subsecretaría de Pueblos Originarios del Ministerio de Derechos Humanos realizó la tradicional celebración de la Pachamama en el lugar donde está instalada la Feria de los Artesanos en el parque San Martín.
Entre las avenidas San Martín y Fray Luis Beltrán, frente al Complejo Teleférico, se realizaron diferentes actividades promocionales que incluyeron exposición de artesanías, ceremonias indígenas y expresiones artísticas de cantos y danzas vinculadas a la diversidad nativa.
La ministra de Derechos Humanos, Marianela Cansino participó de la ceremonia ancestral donde agradeció y pidió a la Pachamama que "nos encuentre unidos por una Salta más justa, en un Salta para todos, basada en el reconocimiento y valor que tienen nuestro pueblos originarios, nuestros jóvenes, nuestros abuelos, nuestros niños, nuestras mujeres y hombres, que creen en un sociedad con las mismas oportunidades para todos, Pachamama recibe hoy las ofrendas de todo nuestro pueblo y con ella la esperanza de construir una sociedad mejor”.
Enrique Rojo, subsecretario de Pueblos Originarios, explicó que el objetivo de esta celebración es "revivir una las máximas celebraciones de la cultura andina y contribuir de esta manera con el fortalecimiento de la identidad cultural, esta celebración nos da fuerza para construir el futuro de Salta sin perder nuestra identidad y conectados a nuestras raíces, sin negar nuestro legado cultural”.
Sobre la muestra, el director de Pueblos Originarios, Agustín Fernández, manifestó que "tiene como propósito habilitar un espacio de construcción colectiva e intercultural que permita avanzar en los procesos participativos de los derechos individuales y sociales en un contexto multilingüe y pluricultural, cual es la característica de nuestra sociedad”.
De la celebración participaron también, la secretaria de Gestión Administrativa del Ministerio de Derechos Humanos, Mercedes Uldry; la subsecretaria de Asistencia Crítica y Emergencia Social, Edith Cruz, miembros del IPPIS junto a los vecinos de la zona y turistas que se acercaron a participar de la celebración, a disfrutar danzas tradicionales, quienes recibieron souvenirs y compartieron un locro preparado por la Secretaría de Pueblos Originarios.
El Jujuy la Tupac Amaru celebró la Pachamama junto a amautas, caciques y ancianos de pueblos originarios
Amautas, caciques de los pueblos coyas, autoridades tradicionales, ancianos y sabios mburvichas de los pueblos originarios pariciparon de un tradicional tributo a la Madre Tierra en la sede de la organización barrial Tupac Amaru, en la ciudad de San Salvador de Jujuy.

"Nuestros ancestros siempre le daban ofrenda a la Pachamamita y no faltaba nada. Todos teníamos todo. Durante 500 años nos han querido hacer olvidar eso. Pero ahora estamos en un proceso de cambio", afirmó Mama Quilla, reconocida amauta de Tiwanaku.

Al son de sikuris, erkes, bombos y tambores, y con la k’hoa (conjunto de yuyos) aromando el ambiente, la anciana recordó que "ahora, estamos levantando con el Pachakuti", en referencia al nuevo ciclo que se inició en diciembre de 2012, según el cual se comenzaría a revertir el proceso de dominación de los pueblos.

Mama Quilla y el amauta Alipio Cuila, oriundo del territorio ancestral de Kalla Waya, al norte de Bolivia, limpiaron anoche el pozo de la ceremonia del año pasado, lo sahumaron para alejar todas las impurezas y lo taparon hasta que el sol del mediodía de hoy lo iluminó.

La principal referente de la Tupac Amaru y diputada del Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular (FUyO), Milagro Sala, resumió en pocas palabras el sentido de la ceremonia.

“Le damos las gracias a la Madre Tierra por la vida, por la salud, por el trabajo, por la comida y le pedimos también más fuerza espiritual para seguir luchando por los que más lo necesitan, que nos de la fuerza para no bajar los brazos", afirmó.

En patio de la sede de la Tupac y ante una nutrida concurrencia que presenció la ceremonia, la dirigente pidió a la Pachamama "trabajo para los que no lo tienen, armonía y entendimiento. Que podamos convivir aceptando las diferencias”.

Después de organizar el lugar con hojas de coca, platos de comida, frutas, dulces, bebidas, cigarrillos y hierbas aromáticas, los participantes pasaron en parejas para depositar su ofrenda.

La emblemática coplera y embajadora cultural de la Quebrada de Humahuaca, Ernestina Cari, dijo a Télam que en la Quebrada la ceremonia "se realiza también en casas de familias e instituciones", y definió a la reunión "no como un festival, sino un profundo homenaje a la tierra".

Mientras que Mario Corimayo, presidente de la Comunidad Aborigen de Hornaditas, a 17 kilómetros de Humahuaca, dijo a Télam que "la  Pachamama es una ceremonia sagrada en la que se hace una ofrenda en agradecimiento a lo que ella nos da". 

La ceremonia según Corimayo incluye además la preparación de la "chuya", que junto al arrope (restos líquidos de la preparación de la chicha) se conserva con hojas de coca y flores con el fin de volcarla en las aguadas, mojones, apachetas y corrales para purificarlos", contó Corimayo.

"Durante el encuentro todo tiene un sentido muy profundo, que sale de adentro de cada uno de nosotros, un sentimiento propio desde el corazón por todo lo que nos da, hasta se nos van las lágrimas por el agradecimiento y respeto que sentimos, es un encuentro del ser humano y la naturaleza", completó Corimayo.

Antes de iniciar el ritual, una movilización encabezada por Mama Quilla, Alipio Cuila y Milagro Sala recorrió la ciudad sahumando sus calles e invitando a todos a participar de la ceremonia.

Fuentes: Ministerio de Educación; gencia Telam; Agencias y propia.

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