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» » Gobierno considera juicio político como un ataque personal a Rousseff

(03/12/15 - Brasil)-.La primera evaluación interna del gobierno es que aceptar la apertura de juicio político fue un ataque personal del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, a la presidenta Dilma Rousseff.

Por lo tanto, en su discurso a la prensa, la mandataria decidió contraatacar, diciendo que no tiene cuenta en el extranjero y tampoco ocultó del conocimiento público la existencia de bienes personales –una referencia a las presuntas cuentas secretas de Cunha en Suiza, investigadas por la Operación Autolavado. 

La presidenta fue informada acerca del juicio político por su jefe de gabinete, Jaques Wagner, antes del anuncio oficial hecho por Cunha. Según asesores de Rousseff, ella habría dicho que finalmente se liberó de las amenazas, ya que las solicitudes presentadas a la Cámara de Diputados fueron siempre una carta en la manga de Cunha para hacer chantaje al gobierno.

En una demostración de fuerza, once ministros de Estado estuvieron presentes en el discurso de Rousseff, clasificado por ella como “una palabra de aclaración a todas las brasileñas y a todos los brasileños”. La mandataria usó la palabra “tranquilidad” para decir que cree en la denegación de la solicitud y confía en su “justo archivo”. 

Para rechazar en definitivo la hipótesis de que estaba negociando con Cunha, quien anunció la ruptura con el gobierno en julio, Rousseff dijo que “jamás aceptaría o estaría de acuerdo con cualquier tipo de negociación”, en referencia a un posible esquema en que miembros de la coalición de gobierno en el Comité de Ética votarían contra la apertura de un proceso de destitución de Cunha a cambio de que se archivaran las solicitudes de juicio político de la presidenta.

La respuesta de Rousseff se dio unas tres horas después de la entrevista de Cunha con la prensa. Después del discurso, no hubo preguntas de los periodistas a la mandataria, según ya había solicitado la Secretaría de Prensa. Rousseff permaneció en su oficina durante una hora antes de ir al Palacio da Alvorada, su residencia oficial. Mientras tanto, se escucharon bocinazos en frente del mismo palacio y del Congreso Nacional.

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