“Hay que celebrar un juicio penal especial para los funcionarios israelíes, al estilo de las cortes internacionales en las que fueron condenadas las exautoridades de Yugoslavia, Ruanda, Camboya y Sierra Leona”, ha afirmado este jueves el secretario general de la LA, Nabil al-Arabi.
A este respecto, ha exigido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) ejercer presiones necesarias al régimen de Tel Aviv y obligarlo a respetar las normativas internacionales y las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Luego de condenar las declaraciones del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, sobre la continuación de la ocupación israelí de los altos de Golán, Al-Arabi ha enfatizado que los sirios tienen derecho a reclamar su territorio bajo las reglas internacionales e Israel tiene que salir de esa zona.
“Israel actúa de manera que parece ser inmaculado ante la implementación de las leyes y el principio de la responsabilidad”, ha lamentado el secretario general de la LA.
Estas declaraciones de Al-Arabi tienen lugar mientras el premier israelí ha asegurado este jueves en Moscú, capital rusa, que los altos de Golán son la línea roja de Israel y seguirán por siempre en sus manos.
El pasado domingo, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ordenó la celebración de la reunión de su gabinete en los altos de Golán, un territorio sirio ocupado en 1967 y anexionado al régimen israelí en 1981, sin que haya obtenido reconocimiento internacional, y enfatizó que “Israel nunca se irá de los altos de Golán”.
En reacción a esas alegaciones, el vicecanciller sirio, Faisal al-Miqdad, recalcó en la misma jornada del domingo que “conforme a las resoluciones del CSNU, los altos de Golán son una tierra ocupada (…) nunca dejaremos de presentar resistencia”.
El lunes, el representante permanente de Siria ante la ONU, Bashar al-Yafari, criticó la “irresponsable provocación” cometida por Netanyahu para después comunicar la petición siria al CSNU para que condenara esa acción del régimen de Tel Aviv.
Esta medida de Netanyahu ha levantado una gran ola de rechazo internacional. El Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Irán, la Unión Europea (UE) y EE.UU. la han repudiado.
