El Parlamento griego aprobó este jueves las medidas redistributivas propuestas por el primer ministro Alexis Tsipras, pese a que el miércoles el Eurogrupo y sus acreedores de la Unión Europea (UE) amenazaron a Atenas con cortar su ayuda para reestructurar la deuda externa si avanzaban con el aumento de jubilaciones y la reducción del IVA.
El aumento de jubilaciones fue aprobado como una enmienda a un proyecto de ley sobre prestaciones más general y recibió 196 votos a favor, 61 abstenciones y ningún voto en contra, según la agencia de noticias EFE.
La iniciativa fue apoyada por los partidos en el gobierno -el Syriza de Tsipras y los nacionalistas de derecha Griegos Independientes- así como de socialdemócratas, comunistas y neonazis, mientras que los conservadores se abstuvieron y liberales y centristas no participaron en la votación.
Tsipras y su aliado de gobierno, el líder de Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis, estaban en la cumbre de jefes de gobierno y Estado en Bruselas, mientras que los ministros de Finanzas, Euclides Tsakalotos, y de Trabajo, Effi Ajtsioglu, en Berlín, negociando con la principal potencia económica del bloque.
La primera en reaccionar a estos anuncios fue la canciller alemana, Angela Merkel, la dirigente vista por muchos en Europa como el cerebro y el brazo ejecutor de la doctrina de austeridad en el bloque.
Merkel llamó a los acreedores de Grecia -el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo- a que analicen si las medidas propuestas por Tsipras eran "compatibles con los compromisos asumidos en el programa" de rescate firmado entre Atenas y estas entidades.
"Las instituciones (acreedoras) concluyeron que las acciones del gobierno griego parecen no estar en línea con nuestros acuerdos", anunció el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.