Las autoridades propusieron una mesa de negociación hace más de un mes que ha fracasado, ya que no sólo no arrojó ninguna reincorporación sino que se militarizo el Instituto durante ese tiempo.
El Instituto está paralizado y sin rumbo ya que a la gestión de Ibáñez no le interesa que el organismo funcione sino que se convierta en una guarida de asesores para privatizar los laboratorios más rentables. En este proyecto de desguace han sumado en las últimas semanas desplazos de directores de carrera de sus cargos y han abierto un proceso de retiros "voluntarios" en cuotas.
Los técnicos y profesionales del INTI quieren seguir trabajando para controlar la calidad de los productos que se consumen, generando desarrollos y brindando servicios. El gobierno nacional avanza en la dirección contraria, habilitando laboratorios privados para que lleven adelante el trabajo del Instituto
